Reconozco que me ha pillado por sorpresa y con el paso cambiado el hecho de que aquellos periodistas deportivos que llevan rogando una oración por el alma de José Mourinho justo desde el instante siguiente a que éste aterrizara en el aeropuerto de Madrid Barajas quieran ahora, de repente, hablar de fútbol inmediatamente después de un mal partido ante el Betis y al día siguiente de que el Barcelona haya aumentado a 11 puntos su distancia en la Liga con respecto al Real Madrid... ¿Cómo es esto? ¿Ahora sí y antes no? ¿Dos años y medio después de que Mourinho fuera presentado por Valdano ("¡manda huevos!", que diría Trillo) como entrenador merengue queremos hablar de fútbol?... Añado: Si no hemos hablado hasta ahora de fútbol, ¿por culpa de quién ha sido?
Reconozco que no sé si voy a ser capaz de hablar de fútbol justo ahora que a algunos perioenterradores de Mourinho les interesa tanto hacerlo porque la verdad es que en el transcurso de estos 30 meses, y a fuerza de hablar de las no celebraciones de Iker, la capitanía y posterior suplencia de Ramos, los varios preacuerdos de Mourinho con otros clubes, los motivos de la tristeza de Cristiano, el pulso al club, los esparadrapos provocadores, el Eurostar, el enfado de los españoles con el entrenador, el clan portugués, Mendes, el falsario debate de la cantera, los roces con Toril, el pulso de Mourinho a la directiva, la caza y captura de los chivatos, etcétera, etcétera, etcétera, quiero confesar que he perdido un poquito la costumbre de hacerlo. ¿Fútbol? ¿Hoy? ¿Ahora? ¿Por qué? ¿Cuándo ha importado el fútbol a la hora de salir de cacería?
De fútbol quise hablar yo y no pude cuando el Real Madrid batió todos los registros históricos de la Liga española al sumar 100 puntos y conseguir 121 goles. Y cuando se me ocurría hablar de ello siempre había quien saltaba con el "sí, pero..." Por ejemplo: "El Real Madrid ha superado al mejor Barcelona de la historia sumando 100 puntos y logrando 121 goles"; respuesta: "Sí, pero... Mourinho ha echado al cocinero porque piensa que es un chivato"... ¿El cocinero? ¿Qué cocinero? ¿Yo te hablo de fútbol y tú me sales con el cocinero?... Pero hoy, con el Real Madrid a 11 puntos del Barcelona, resulta que ya no importa demasiado el futuro de ese pobre e inocente cocinero, alma cándida donde las haya, expulsado injustamente por el malévolo Mourinho; hoy, dos años y medio después de haber estado hablando de auténticas chorradas, nos importa el fútbol. Pues hoy a mí no me importa el fútbol sino el cocinero: ¿Qué fue de él? ¿Está bien de salud? ¿Encontró por fin trabajo? ¿Será el nuevo Alberto Chicote?...