Villas-Boas ha pasado de afirmar tajantemente que "Bale se queda" a dejar entrever que se está negociando para mejorar el contrato del galés y acabar por ahora con un tembloroso "no podemos evitar los rumores sobre su traspaso". Porque los rumores sobre el traspaso de la estrella del Tottenham al Real Madrid son ya más que rumores y todo parece indicar que Florentino Pérez, que se ha puesto decididamente manos a la obra, y el millonario Daniel Levy, que al parecer tiene el dinero por castigo, podrían llegar a un acuerdo en los próximos días finiquitando así antes de tiempo un fichaje llamado a convertirse por derecho propio en el nuevo culebrón del verano. Villas-Boas puede querer que Bale se quede, el propio Levy puede querer que Bale se quede pero si Bale quiere irse no habrá mejora en el mundo capaz de retenerle. Lo esencial es que Gareth Bale siente que su etapa en el Tottenham se acabó y que él quiere vestir la camiseta del Real Madrid. Así de claro.
Levy no es tonto. El dueño de la empresa de inversiones deportivas, eventos y medios ENIC International no quiere que Bale acabe en el United porque eso reforzaría a uno de sus rivales directos de la Premier. Dejándole marchar al Real Madrid alejaría unos miles de kilómetros el impacto del fichaje del jugador. Impacto tendrá, por supuesto, porque el jugador es un crack a nivel mundial y porque es seguro que triunfará deportivamente allá donde vaya pero el radio de acción ya no estará en Manchester sino en España. Por lo demás, Bale, que ya habría llegado a un acuerdo con el Real Madrid, le ha pedido al dueño del club inglés que cumpla su palabra y negocie. Negociar, por supuesto, no significa en absoluto malvender sino más bien todo lo contrario: Levy quiere pedir una cantidad de dinero tan desorbitada que el Tottenham aparezca durante mucho tiempo en el libro Guinness de los récords.
Marca dice que Florentino acaba de ofrecer 93 millones de euros por Bale pero, y ahí está la nota morbosa que añade Levy a la negociación, el Tottenham, que por otro lado ya está fichando en previsión de que su jugador franquicia acabe recalando en nuestra Liga, exige una libra más de los 96 que costó CR7. Está claro que, alcanzadas estas cifras, ya no se trata únicamente de dinero sino de orgullo: Levy quiere pasar a la historia. Y, visto desde el otro bando negociador, la diferencia entre pagar 93 millones o 96 millones y una libra es mínima. Florentino pagará y, si no sucede ninguna catástrofe, Gareth Bale podrá cumplir su sueño de jugar con el Real Madrid. Y, aunque no ha pedido su fichaje, seguro que Ancelotti será capaz de encontrarle un hueco a un tipo que dispara el balón a 125 kilómetros por hora. Ese y no otro será el momento ideal para que los Verdes de Cataluña nos diserten acerca de los "puntos negros" morales de la negociación. ¡Lo que nos vamos a reír!...