Me ratifico por supuesto en lo dicho ayer acerca de la lista de veintitrés jugadores confeccionada por Del Bosque: es cobarde y bienqueda. Cobarde porque no mete el bisturí en época de bonanza sino que prefiere esperar a que estalle la burbuja futbolística y bienqueda porque el núcleo duro del vestuario del Barça, que ha acabado el año sin títulos, sigue teniendo el control. Uno de los argumentos preferidos del delbosquismo de nuevo cuño (formado paradójicamente por muchos de aquellos que le mataban periodísticamente a diario cuando Vicente aún no había ganado nada) a la hora de salvaguardar al actual seleccionador de las escasísimas críticas, es que lo ha ganado todo con España. Por esa regla de tres, y puesto que Del Bosque ha conquistado Mundial y Eurocopa, si en vez de futbolistas hubiera decidido convocar para Brasil-2014 a la Asociación de coros y danzas Francisco de Goya tampoco podríamos cuestionarle, ¿no es así?...
Como la prueba del algodón no suele engañar, tan sólo veinticuatro horas después de haber hecho pública su selección, Del Bosque se retrata sin pudor en una entrevista concedida a El País. En el diario del Grupo Prisa Vicente, que mueve la boca absolutamente con todo el mundo pero que únicamente dice cosas cuando a él le interesa o le viene bien, se encuentra como Pedro por su casa o como Pablo por la suya, que es La Sexta. No en vano en El País han llamado "nazi portugués" y "serpiente" a Mourinho y hubo incluso quien, en el colmo de la desvergüenza, comparó a Álvaro Arbeloa, uno de los últimos trofeos de caza de Xavi, con Mayor Oreja por "representar el más llamativo aspecto del villano".
Dice Del Bosque que "un vestuario sano vale más que cien horas de táctica", y añade: "Cuanto mejor se lleven, más éxito". Y es aquí cuando, una vez más, tengo que volver a retomar la extrañísima caída en desgracia de Arbeloa, quien, junto a Jaime Mayor, representa ni más ni menos que "el más llamativo aspecto del villano" según uno de los columnistas del periódico para el que acaba de hablar Del Bosque. Tengo para mí que el seleccionador ha cambiado paz por personalidad, tranquilidad por independencia de criterio. Él sabrá. Antes de dejar caer lastimosamente a Arbeloa ya fue dejando sus miguitas de pan por el camino pero estas declaraciones de ahora y la lista de 23 del otro día son la demostración palpable de que los criterios futbolísticos no tienen para él tanto peso como debiera. Las manzanas que él ve podridas, yo las veo frescas y relucientes. Un vestuario sano... y culé. Y otro villano más que añadir a la lista de El País.