Hay que reconocer que por lo menos con Robinho el Real Madrid hizo un buen negocio. Florentino Pérez lo fichó tras arduas negociaciones por 27 millones de euros y la familia Al-Fahim se lo compró a Ramón Calderón por 40. El caso del "ciclista" brasileño fue extraño porque habitualmente el Madrid suele perder dinero con esas operaciones y los jugadores, como en el caso de Robben o Sneijder, se resisten hasta el límite de sus fuerzas a abandonar el club, pero Robinho sintió que le estaban utilizando como moneda de cambio con objeto de facilitar la llegada de Cristiano y forzó la maquinaria para que le dejaran marchar. Y el Real Madrid, como decía, salió ganando extrañamente con el cambio. Este chico, quizás debido al extraño influjo que ejercía sobre él Ronaldo, creía que era el número uno del mundo y actuó con la seguridad de quien se siente como tal.
Si es cierto lo que publican en Inglaterra, Mark Hughes dio su consentimiento a los propietarios del City, los Fahim de toda la vida, para que vendieran a Robinho si llegaba una buena oferta por él. Y llegó, vaya que si llegó. Una oferta extraordinaria si tenemos en cuenta que la primera temporada del jugador en la Premier League ha sido bastante mediocre. Los dueños del Manchester recibieron el O.K. del entrenador para traspasar a un futbolista que le ha decepcionado mucho y sin embargo estos, quién sabe si para no transmitir equívocos signos de debilidad al resto de clubes, rechazaron ayer una oferta por la cual recuperaban hasta el último euro invertido en Robinho. ¿Quién estaría dispuesto a pagar 40 millones de euros por un futbolista por el que el Manchester hizo hace un año un esfuerzo inversor notable, alcanzando probablemente el límite de lo que se puede pagar por Robinho, después de un año tan malo?... La respuesta es Joan Laporta.
Es verdad que a los técnicos del Barcelona les gustaba Robinho antes incluso de que fichara por el Real Madrid. Pero el Robinho de 2005 no era en absoluto el Robinho de 2009. Hace cuatro años a Robinho le envolvía el halo del sucesor de Pelé, la nueva perla brasileña, un futbolista capaz de todo. Hoy Robinho es un futbolista decididamente estancado, un jugador con demasiadas fugas mentales sobre el campo y a quien su actual entrenador quiere perder de vista cuanto antes. Para el único que Robinho puede seguir valiendo en 2009 los 40 millones que el City pagó en 2008 es para Laporta. ¿Por qué?... Muy fácil: Robinho se marchó echando pestes del Madrid, despotricando contra todo y contra todos... ¿Y si Guardiola consiguiera hacerle triunfar en el Barça? Así Laporta tendría su Luis Enrique brasileño y se iría dándole una patada en la espinilla a Florentino. ¿40 millones por Robinho? El Real Madrid fichó por un poco más a Kaká y fue definido como imperialista. Los Al-Fahim tienen el dinero por castigo y Hughes sólo tiene la razón. Si no le hubieran hecho caso omiso, el problema sería ahora de Pep Guardiola.