Tengo que reconocer que Ronaldo es un auténtico fenómeno de la ambigüedad y de la cara dura. Para él, blanco o negro lo importante es que el gato acabe cazando ratones. Las palabras de este chico son dignas de análisis. Por un lado dice que está encantado de seguir en el Real Madrid, pero por el otro afirma que el interés del Inter es concreto. Y, sabedor de que precisamente la gente del enemigo interista por excelencia ha venido a Madrid a por él, concluye: "Ahora no puedo decirle a Moratti que nunca iré al Milan". Qué cara. Qué geta. Qué cosa más espantosa. Dice que está encantado de seguir en España, pero añade: "en Madrid se vive bien, pero en Milán también se vive bien". ¡Tú vives bien en todos sitios, querido! ¡Te lo pasas pipa!
Todo esto lo dijo el delantero centro madridista en la entrega del premio al mejor deportista mayor de 29 años, que, por otro lado, me parece que es uno de los pocos premios que Ronaldo está ya en disposición de recibir. El presidente Calderón tiene que dar sólo tres pasitos. Y son sencillitos, no hay nada complicado. Primero, recibir los 18 millones de euros. Segundo, lacito. Y tercero, billetito en el primer avión de Air Italia disponible. Que nadie piense que la actitud de Ronaldo me sorprende. Sé perfectamente lo que se mueve en el negocio del fútbol. Pero es que lo de este chaval clama al cielo. Lo dicho, un fenómeno de la ambiguedad y de la cara dura. También es conocida por todos mi opinión acerca de Fabio Capello, pero si el entrenador italiano fuera capaz, que lo dudo, de centrar en el futuro a este chico y sacar de él un remedo semejante al futbolista que fue hace tiempo, creo que se habría ganado por lo menos la mitad del sueldo que le pagan.
Pero ni siquiera Ronaldo será capaz de amargarme el día. La exhibición de los chicos de Pepu en el Mundial de Japón le hace a uno sentirse realmente orgulloso. Hacía tiempo que no veía un cruce de cuartos de final de un Mundial o un Campeonato de Europa de cualquier selección española tan facilito como el de esta mañana. Y no estamos hablando de una selección cualquiera sino de Lituania. Independientemente de lo que suceda ante Argentina, yo creo que estos chicos se merecen un homenaje por parte de toda la afición española. Ese quinteto formado por Navarro, Gasol, Jiménez, Garbajosa y Calderón va a seguir dando mucho que hablar. Soy optimista. Pienso que España vencerá a Argentina y que, en la final del Mundial, venderá cara su derrota ante Estados Unidos. Ya sabía yo que una selección española conquistaría mi corazón este año, aunque debo reconocer que pensé que sería la de Luis Aragonés. Da igual. Tanto monta, monta tanto.