Ayer corrió como la pólvora el rumor de que el ministro Miním, el de Cultura y punto, había ofrecido a Vicente del Bosque el cargo de secretario de Estado para el Deporte. Huerta, Del Bosque... todo muy ecológico como puede apreciarse. Dicen que la elección de Miním ha sido muy bien recibida, supongo que entre sus familiares y amigos, y que dará mucho juego y sorprenderá gratamente en el futuro. Para lo de la sorpresa no hace falta esperar y para lo del juego tampoco: tras el ofrecimiento, ya de por sí friki, y la aceptación, más friki aún, la llamada a Sor Del Bosque... ¡que dijo "no"!... Así que Vicente, que está en otras cosas, que está en sus anuncios de aparatos de audición, de seguros y de cervezas, tuvo la sensatez necesaria de la que careció absolutamente Miním, la cuarta o quinta opción de Sánchez para el puesto, al aceptar el ofrecimiento.
Pudo haber sido peor, claro. Pensemos por un momento que Del Bosque hubiera dicho "sí". O mejor, nunca se sabe, porque, una vez confesado el desconocimiento de una de las materias para las que ha sido escogido entre cientos de miles de potenciales candidatos, Miním está jugueteando con su dedazo recién estrenado como lo haría un mono con un par de pistolas: ¿A quién apuntará ahora? ¿Javi Clemente? ¿Serguei Bubka? ¿José Joaquin Brotons? El campo de acción del ministro es tan amplio, tan suculento y tan estravagante que ahora mismo cualquiera de nosotros se encuentra en su radio de acción. Por cierto, Miním, si me llamas a mí diré que sí, aunque sólo sea para dimitir a los dos días y provocar la primera crisis seria del recién estrenado Gobierno.
Más allá de las risas garantizadas que nos regalará este ministro está el serio fondo de la cuestión. Y el fondo de la cuestión es que el apellido del ministerio, o sea Deporte, le importa un bledo a los políticos. Para Cultura y Deporte se piensa siempre en un hombre procedente de la primera y no del segundo: ahora Muñoz Molina, Elvira Lindo, Isabel Coixet, Miním... ¿Por qué no un ex deportista de prestigio y con la necesaria formación y el conocimiento suficiente para saber gestionar? Pues por la sencilla razón de que, en el fondo, estos y los anteriores no piensan que el deporte forme parte de la actividad cultural. Yo al ministro le deseo que acierte y le pido que no finja el orgasmo: de admitir que no tiene "ni puta idea de fútbol" ha pasado a rogarle a Lopetegui que le alinee el viernes que viene ante Portugal. Tranquilo, Miním, tranquilo, que te va a dar el flato.