Decía don Ramón Gómez de la Serna que en la vida había que ser un poco tonto porque si no lo eran sólo los demás y no te dejaban nada. Pues Bernat Joan, eurodiputado de Esquerra Republicana de Cataluña, ha acabado con todas las existencias. Este tonto a las tres es el mismo que, en un encuentro digital con El Mundo celebrado el 7 de junio de 2004, respondía lo siguiente a la pregunta de qué era lo primero que iba a hacer cuando fuera diputado del Parlamento europeo: "Supongo que tomar posesión del escaño". No me digan que no tiene guasa el torero. Ni siquiera eso tenía claro. "Supongo que tomar posesión del escaño". Al parecer, tres años y un día después de llevada a cabo aquella entrevista, ya lo ha encontrado. Al escaño me refiero. Y desde su pupitre, aprovechando la exposición sobre el Real Madrid inaugurada en Bruselas, ha relacionado al equipo merengue con el franquismo. ¡Toma ya!
Pero si algún aspecto positivo se puede extraer de la arrocinada del parapoco de Ibiza, miembro para más inri de la Comisión de Cultura y Educación del susodicho Parlamento, es que nos sirve para refrescar la memoria de la gente. Entre 1939 y 1975, el Fútbol Club Barcelona ganó ocho Ligas y nueve Copas del Generalísimo. En ese mismo período de tiempo, el Real Madrid conquistó 14 Ligas, seis más que el Barça, y seis Copas, tres menos. Pero es que, entre los años 1939 y 1954, el Real Madrid no ganó ni una vez la Liga y sólo consiguió dos Copas, mientras que el Barcelona de la resistencia se llevó cinco y cuatro respectivamente. O sea, en los primeros quince años de franquismo el Barça consiguió cinco Ligas más que el Madrid, que no logró ninguna, y dos Copas del Generalísimo más. ¿Qué sucedió en el año 1954 para que se produjera un cambio de tendencia?... Muy sencillo: el Real Madrid contrató a Alfredo di Stéfano, arrebatándoselo, por cierto, al Barcelona. Si no fuera porque sé muy bien de qué pie cojean estos zampapalos, me parecería imposible que todo un Licenciado y Doctor en Filología Catalana prescindiera de los datos, que están ahí, para elaborar una teoría de la conspiración tan bambarria como esa. Así habrán salido sus alumnos.