En la segunda jornada de la Champions League, ¡la segunda!, el baño que el VAR europeo le ha dado al español ha sido total. Ha sido tan ejemplar el repaso, con explicación didáctico-tuitera incluida de por qué se anuló el gol de Tagliafico por fuera de juego de Tadic, que interfería a Courtois, que lo que deberían hacer Velasco Carballo y compañía es dar menos ruedas de prensa con apariencia de transparencia pero que en el fondo no sirven absolutamente para nada y dedicarse a copiar, paso a paso, todo lo que ocurrió anoche. Porque lo que ocurrió anoche en el Johan Cruyff Arena de Amsterdam es el mejor y más perfecto ejemplo de qué es, para qué sirve y en qué consiste el VAR y cómo puede ayudar la tecnología a que el fútbol sea más justo. Digo esto porque en directo, sobre la marcha, todos los que estábamos viendo el partido habríamos jurado sobre la Biblia que el 1-0 del Ajax era legal y que no existía ninguna irregularidad, pero sin embargo no era así. También lo creyó el colegiado de campo, Damir Skomina, pero el VAR hizo ejemplarmente su trabajo, trazó las líneas que había que trazar en un tiempo record, congeló la imagen donde la imagen debía ser congelada y, ¡oh sorpresa!, la tecnología nos descubrió a todos algo que ya conocíamos, o sea que hay cosas que escapan al ojo humano. Lo que escapó en esta ocasión al ojo humano fue el fuera de juego de Tadic, que estorbaba clarísimamente la acción de Courtois, que, si no protestó, fue justamente porque la acción irregular del futbolista serbio pasó también desapercibida ante sus ojos.
No contentos con eso, o sea no satisfechos con su acción reparadora de una tremenda injusticia, la que habría supuesto el 1-0 del Ajax en una eliminatoria que probablemente se resuelva por muy poca diferencia de goles, después de la intervención de la tecnología la UEFA decidió sacar a las redes sociales sus tanques didácticos, en concreto a Twitter, que es el mundo virtual en el que ya vivimos de hecho muchos de nosotros. La explicación en dos tuits del por qué Skomina anuló el gol de Tagliafico únicamente puede dejarle dudas a alguien que pretenda que valgan los goles ilegales pero sólo cuando se los marquen al Real Madrid. O sea, Tagliafico marca gol, Skomina lo concede, todos creemos que el colegiado ha acertado al dar el gol, el VAR le pide que consulte de nuevo la acción en el monitor, Skomina la consulta y observa que, efectivamente Tadic, que se encuentra en fuera de juego, estorba a Courtois, Skomina anula el gol y, no contenta con eso, la UEFA reacciona y a los 5 minutos todos los aficionados y periodistas del mundo sabemos por qué el gol del Ajax no ha subido al marcador. Lección magistral. Todo OK, José Luis, pero únicamente en Europa.
Lo verdaderamente preocupante es que, después del baño tecnológico y del baile didáctico, aún haya en nuestro país ex colegiados que sigan viendo gol legal de Tagliafico. Que ex colegiados con cerca de 200 partidos dirigidos en Primera División continúen diciendo que el 1-0 era legal me lleva a preguntarme por el proceso de selección arbitral que se lleva en España y cómo es posible que un negocio de miles de millones esté en unas manos tan poco capacitadas como esas. Que, después de todo, Sport titule su portada con un "Y ahora, ¿qué diréis del VAR?", habla además, y muy mal por cierto, del decrépito estado del periodismo deportivo en nuestro país. ¿Que qué diremos del VAR?, preguntas en tu portada querido Ernest? Pues tú no lo sé, pero yo diré lo que he dicho siempre: que quiero que la tecnología se emplee bien, como ayer en Amsterdam, y no rematadamente mal, como suele suceder en España; que quiero que el protocolo español se explique más y mejor, que quiero que el árbitro de VAR no sea un compinche del colegiado de campo, que quiero que le corrija y no que le ampare, que le ayude a acertar y no que le ofrezca una salida digna; diré que quiero profesionalidad y no compadreo; y, ya puestos, diré que es inasumible que, con toda la tecnología a nuestra disposición, el VAR europeo imparta justicia mientras que el VAR español sea para Leo Messi más socio aún que Luis Suárez. Así que ahora diremos del VAR de aquí que imite al VAR de allá; claro que, ahora que lo pienso, en Europa tampoco sería posible ver una pancarta del estilo de la que Bartomeu dejó que pasaran el otro día al Camp Nou. Diremos todo eso. Y seguiremos exigiendo justicia. Y, como ejemplo de que lo que pedimos no es tan complicado, pondremos en concreto el gol anulado este miércoles. El basureo, Ernest, es otra cosa y no tiene nada que ver ni con el VAR ni, por supuesto, con el periodismo.