"No", contestó Guardiola cuando alguien le preguntó si creía que la eliminatoria de Copa del Rey ante el Sevilla la habían perdido en el Camp Nou. Respuesta escueta. Pues bien: salvo que Guardiola quiera decir "sí" cuando responde "no", yo no puedo creerme que el entrenador culé piense de verdad que su equipo no ha caído en octavos de final porque perdió por 2-1 en Barcelona. El partido se les complicó muchísimo en la ida, hasta el punto que un equipo inferior (porque el Sevilla es inferior al Barcelona) se llevó una victoria que aún pudo ser más holgada. El equipo de Jiménez lo hizo casi todo bien, mientras que el de Guardiola estuvo regular tirando a mal; aún así, el vigente campeón de Copa llegó vivo al estadio Sánchez Pizjuán. Efectivamente el Barcelona ha caído en octavos de la Copa porque no hizo los deberes en el partido de ida porque si hubiera jugado al fútbol la mitad, sólo la mitad, de lo que lo hizo anoche en la segunda parte, el Sevilla sería historia.
Ya hemos comentado muchas veces que en el fútbol español existe una gran diferencia entre Barcelona y Real Madrid, cada uno con su propio estilo, y el resto de los participantes. Incluyo, naturalmente, a Sevilla y Valencia. Pero es que lo de anoche buen un baño espectacular, un repaso de una magnitud tal que convirtió en auténticos peleles, muñecos de trapo, a futbolistas de élite. No es que el Sevilla se atrincherara sino que los jugadores del Barcelona fueron cocinando a un fuego tan lento y a la vez tan sutil al equipo de Jiménez que cuando Navas miró hacia atrás se dio cuenta de que entre él y Palop había un metro escaso de distancia. ¿Cómo remediarlo?... No había manera de salir de aquel callejón oscuro. Jugando así al fútbol, aunque fuera durante 45 minutos, el Barcelona tendría que haberse clasificado para los cuartos de final, y sin embargo pasa el Sevilla. Nadie dijo que esto fuera una cuestión de justicia.
Pero, goles que valen doble al margen, lo más justo habría sido que el Barcelona estuviera en los cuartos de final. Viendo jugar a Puyol, Iniesta, Henry, Xavi o Messi me vinieron a la cabeza las palabras de Pellegrini: "No pretendo que el Real Madrid juegue al fútbol como el Barcelona. Son dos equipos distintos, dos instituciones distintas, dos públicos distintos y dos maneras de sentir el fútbol absolutamente distintas". Pellegrini está en lo cierto cuando dice que los actuales equipos de Real Madrid y Barcelona son distintos y que son dos instituciones distintas, pero el interés del público que paga su entrada y se acerca al estadio para ver un partido es universal: quieren ver jugadas espectaculares, regates geniales, pases maravillosos, goles inigualables... Yo le digo, querido don Manuel, que si el Real Madrid hubiera caído eliminado en la Copa jugando al fútbol como lo hizo ayer el Barcelona, sus aficionados estarían igual de orgullosos y felices que lo están hoy los culés. Pretenda usted que su equipo juegue como el Barça; preténdalo con todo el interés y con todas sus fuerzas y ya verá cómo las cosas le van un poquito mejor. Servidor no le compra ese pollino cojo.