Hasta Mariano Rajoy habla de José Mourinho. Dice el presidente del P.P. que a él le pasa lo mismo que al entrenador del Real Madrid y le ponen verde a pesar de que gane la mayoría de los partidos; pero no es en absoluto comparable porque mientras que a Mou le critican por moverse mucho, a Mariano le sacuden por no moverse nada. Otra diferencia entre ambos es que mientras los asesores de Rajoy le han aconsejado que no se le ocurra levantarse de la cama hasta las elecciones, que es lo cómodo, Mourinho no para de arriesgar y estaría dispuesto a acortar drásticamente su contrato con el mejor club de fútbol del mundo con tal de volver a tener el control absoluto de todas las decisiones deportivas. Mourinho es un ganador nato contrastado, y ahí está su currículo para acreditarlo; Rajoy, de momento, es un perdedor, y ahí está también su currículo para corroborarlo.
De que Mourinho se moja siempre y bajo cualquier circunstancia ha vuelto a quedar clara constancia esta mañana cuando el portugués le ha dado a Benzema un palo de no te menees: "lleva menos goles que Ramos y Carvalho". Todo apunta a que el francés está agotando sus últimos meses vestido de blanco, que era según parece una de sus grandes ilusiones desde niño, y ya ha empezado el baile de nombres para suplirle la próxima temporada: Llorente, un clásico, Rooney y Agüero, aunque seguro que surgirán más en el futuro. Mourinho ha pasado por varias fases en su relación con Benzema, desde la desesperación hasta la expectación pasando por la claudicación, pero el autismo del galo nunca mezcló bien con la hiperactividad del técnico y todos intuíamos que ese cóctel acabaría amargando tarde o temprano.
Lo que sí me llamó más la atención fueron las declaraciones de ayer de Kaká, posteriormente matizadas en Twitter, acerca de su compañero de vestuario. Ahora se ha puesto de moda eso de sacudir al personal y luego matizarlo todo en las redes sociales, sacudir y matizar, sacudir y matizar, y así hasta el infinito. No sé cómo se podrá matizar que Benzema podría hacer más y a veces se queda fuera de los partidos, del mismo modo que no sé cómo se puede estar un poco embarazada. Digo que me llamó la atención lo dicho por Kaká no porque el brasileño no tenga razón sino porque esa crítica puede aplicársele punto por punto a él mismo; de Kaká también se espera bastante más y hay muchísimas veces que se esfuma mentalmente del campo. La única diferencia que yo observo, además del dinero que costaron, es que mientras uno sonríe y dice que cree en Dios, del otro no sabemos siquiera si tiene dientes en la boca o si es agnóstico, ateo, panteísta o espiritista.