Me inquietaría que Del Bosque introdujera en el once inicial más cambios de los estrictamente necesarios. Uno, el obligado de Torres por el tocado Iniesta, querría decir que a Vicente no le hicieron pupa las demagógicas pullas lanzadas por su antecesor en el cargo y que el Surprise sigue inalterable su rumbo pese a los cañonazos del enemigo; dos cambios en el equipo titular, y más aún si uno de los "paganos" fuera el barcelonista Busquets, daría a entender claramente que Del Bosque duda, que no tiene las cosas tan claras y que las vuvuzelas de quienes están esperándole a la vuelta de la esquina con la vizcaína bajo la blusa han hecho estragos; más de dos cambios supondría la hecatombe y ni siquiera voy a pensar en ello. ¿Por qué digo lo de Busquets?... Porque sentándole en el banquillo estaría señalándole con el dedo por una derrota de la que él no fue en absoluto culpable. Y porque Vicente le considera un futbolista fundamental para su esquema de juego.
No es verdad que Del Bosque emplee a dos jugadores para una posición, la que antes ocupaba Senna. A diferencia de Aragonés, el actual seleccionador nacional siempre creyó que a Xabi se le podía sacar mucho más rendimiento adelantando su posición en el campo. Me parece que Vicente acertó con ese cambio táctico concreto, y ahí están los números del madridista para acreditarlo, aunque es evidente y notorio que a España no le fue nada mal de la otra forma. Con todos los matices del mundo, (había un entrenador que solía decir que él situaba ordenadamente a los futbolistas sobre la pizarra y que luego éstos tenían la mala costumbre de moverse), la posición que el jugador del Villarreal ocupó en la selección que conquistó la Eurocopa pasa ahora a desempeñarla Busquets, y eso también tiene una explicación: Vicente del Bosque dio su lista de 23 jugadores en mayo de 2010, y Senna, que hizo una Eurocopa soberbia hace dos años, ha protagonizado una temporada ciertamente irregular mientras que Busquets ha rayado a una gran altura.
Manteniendo a Busquets en el equipo titular y no trastocando demasiado la idea que tiene desde el principio en la cabeza, Del Bosque logrará dos cosas: continuar cimentando el respeto de un vestuario que comprueba día a día que su seleccionador tiene unas ideas a prueba de bombas (también del fuego amigo, que siempre sorprende más) y corroborar que los partidos contra Honduras y Chile le preocupan, sí, pero no tanto como el cruce de octavos y luego el de cuartos y después la semifinal. Porque Cesc, que es un jugadorazo, sirve para unas cosas, y Busquets, que también lo es, sirve para otras. Y porque para ganar al equipo de Julio Rambo León y la Pantera Suazo a lo mejor uno se puede marcar la frivolité, que diría el añorado Antonio Díaz Miguel, de sacar un arsenal atacante, pero los Mundiales se ganan con más músculo y no perdiendo la cabeza ante Brasil, Argentina, Alemania o Italia. Recemos para que Vicente no caiga en la trampa que le tendieron esta semana. Crucemos los dedos para que su TDT no sintonice bien Al Jazeera.