Parece como siel peor arranque liguero del Atlético de Madrid en la era Simeone (que es, por cierto, una etapa inusitadamente larga para lo que se estila en el mundo del fútbol profesional) quisiera achacárselo el Cholo Simeone a cualquiera menos a él mismo, que es el máximo responsable. Y no es así. Si los éxitos, que son muchos y sonados, se apuntan en el "haber" del entrenador argentino, del mismo modo deben anotarse también en su "debe" los errores, y el cambio del sábado de Rodri, que es el sustituto mejorado de Gabi y que lo estaba haciendo de cine, no queda restañado por la entrada de Borja, por mucho que el chaval la enchufara... ¡en el minuto 94 y cuando el árbitro estaba a puntito de señalar el final del partido!
Se escucharon pitos en el Wanda Metropolitano, que, como es un campo nuevo, se ha reseteado y no tiene memoria. Y en la rueda de prensa posterior al choque Simeone fue preguntado precisamente por la airada reacción del público, su público, el público que le ha llevado siempre en volandas, que le ha perdonado todo, que todo se lo ha consentido, que le ha mimado y que tiene a su entrenador viviendo desde el primer día en una burbuja. Y la reacción del Cholo fue la del falso humilde, la del vanidoso herido, la del entrenador orgulloso que goza del favor casi unánime de los medios de comunicación y que se siente seguro. El argumento fundamental de Simeone fue el de que quitó al mejor para dar entrada al goleador del Atleti. Pobre, muy pobre. Si la rueda de prensa llega a durar un poco más, el Atlético de Madrid acaba ganándole al Eibar por 4-1.
Lo que más llama la atención del peor arranque liguero de la extensísima etapa del Cholo en el banquillo colchonero es que éste llega con la que es probablemente la mejor plantilla que ha tenido jamás entre sus manos el argentino. Había incluso quien, a la salida del campo, decía que la Liga estaba perdida... en la jornada número 4. Dicho así parece descabellado, pero lo cierto y verdad es que el Atleti tiene que remontarle a las primeras de cambio y sin haber calentado casi siete puntos al Barça y cinco al Real Madrid, lo que no parece tarea fácil. El debate es más profundo que todo eso: ¿Qué será capaz de hacer Simeone con la plantilla más dotada técnicamente de las que ha entrenado? Hasta ahora ha hecho lo que siempre, jugar al 1-0; y jugando a ganar por la mínima ha empatado o ha perdido. Y así se encuentra el Cholo, más perdido que un pulpo en un garaje.