Los partidos amistosos de selecciones, ya se sabe, son un auténtico engorro que únicamente pueden traer cosas malas para los clubes. El otro día, en el debut de Lopetegui como nuevo seleccionador, cuando Morata tuvo que retirarse del campo debido a unas molestias, al madridismo se le encogió el corazón: ¿Otra vez? ¿Otro lesionado? ¿Vuelta a empezar?... El de hoy ante Liechtenstein no es amistoso sino oficial aunque el aroma es muy parecido al partido contra Bélgica porque la distancia entre una y otra selección es tan abismal que no existe ni la más remota posibilidad de que el equipo nacional no sume sus tres primeros puntos en la carrera por la clasificación para el próximo Mundial. Donde Loepetegui ve una ocasión para juntar a sus jugadores e ir conociéndolos poco a poco y probando cosas nuevas, Zidane, Simeone o Luis Enrique ven un riesgo serio y un posible problema.
En diciembre hará un año que la federación francesa de fútbol decidió apartar a Karim Benzema por el "caso Valbuena". Karim es aún joven, sólo tiene 28 años, pero siempre ha sido un futbolista de constitución frágil y con tendencia a lesionarse con facilidad; lo que preocupa concretamente ahora en el Real Madrid es su cadera pero Benzema está lleno de dolores y hace tiempo que parece Robocop. Vista así, la decisión de Nöel Le Graët (respaldada por el mismísimo primer ministro Manuel Valls) de dejar a un lado a los tribunales para tomarse ellos mismos la justicia por su mano a la espera de una decisión definitiva de Su Señoría, que, transcurrido tanto tiempo, ya ni siquiera es relevante, supuso una auténtica bendición para el Real Madrid, club que paga religiosamente al jugador. Injusto desde el punto de vista legal, merveilleux desde el punto de vista deportivo.
Las alarmas acaban de saltar para el Madrid porque el ínclito Le Graët acaba de decir que nada es definitivo salvo la muerte, que él no es partidario de condenas de por vida y que Karim podría volver a jugar con Francia. Es tan bobo el presidente de la francesa que incluso llega a poner como ejemplo de lo duro que ha sido para Benzema el castigo el hecho de que tuviera que perderse la Eurocopa, cuando en realidad el empellón fue para la afición francesa que se vio privada de poder ver en acción a su mejor delantero. ¿Habría dado Francia con Benzema ese minúsculo saltito de calidad que le impidió proclamarse campeona del torneo?... Yo creo que sí. Si yo fuera Karim diría "no" a una llamada de Deschamps, que también se portó como un traidor, y me reservaría y me cuidaría para el club que se comportó conmigo como no se comportó mi país. El tiempo dirá...