Kaká ha sido el último jugador en convertirse en un problema para el Real Madrid. ¡Kaká!... Recuerdo que, antes que el brasileño, recientemente también se convirtieron en problemáticos Zidane, (¡Zidane!) porque ralentizaba el juego, o Beckham (¡Beckham!) porque sólo había venido aquí para vender camisetas: ¿un tipo que había sido 100 veces internacional con la selección de Inglaterra había venido aquí porque vendía camisetas?... ¿Que Zinedine Zidane, probablemente uno de los veinte mejores futbolistas de la historia, ralentizaba el juego del Madrid?... ¡Gravesen o Pablo García sí que lo ralentizaban, pero sencillamente porque con ellos el fútbol era inexistente!... Ahora lo que se lleva es ir diciendo por ahí que el problema es Kaká "porque no conecta"... Hace veinte días el problema era Benzema "porque no es el típico delantero centro", y hace un mes y pico hubo incluso quien aseguró que el equipo jugaba mucho mejor cuando no estaba Cristiano Ronaldo.
Si el problema del Madrid es Kaká... entonces es que el problema del Real es Pellegrini. Sí, sí, Manuel Luis Pellegrini Ripamonti, el mismo que viste y calza. Si el problema de diciembre era que Cristiano no se adaptaba, el de enero que Benzema no es un 9 tradicional y el de febrero que Kaká no es un volante sino un delantero, y a Ronaldo le han aconsejado que no mire a los ojitos de los árbitros, dicen que Benzema ha necesitado ayuda y ahora se comenta que Kaká está excesivamente responsabilizado y se teme incluso por su autoestima, al Real Madrid le quedan dos opciones: dejar sentaditos en el banquillo a tres cracks del fútbol mundial que han costado cerca de doscientos millones de euros y alinear en su lugar como titulares a Drenthe, Van der Vaart y Gago, o bien sustituir al actual entrenador por otro que sea capaz de hacer jugar juntos a Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzema. Difícil elección, ¿verdad?...
2 + 2 = 4