Nunca comprendí bien, y aquí quedó dicho varias veces, la machacona insistencia de Florentino Pérez por hacerse con los servicios de Arsene Wenger. Hasta en tres ocasiones, si no me fallan las cuentas, rechazó el francés la oferta madridista, y a la tercera fue la vencida y por fin comprendí que eran compatibles las ideas de Wenger como un afamado descubridor de nuevos talentos y su lenta pero paulatina transformación en el típico ratón de laboratorio sin apetito competitivo; de hecho, el Arsenal lleva desde 2005 sin ganar un título, en concreto la Copa de Inglaterra, y esa circunstancia, que en el Real Madrid o en el Barcelona hace mucho tiempo que habría provocado su despido, no ha ido en menoscabo de su prestigio que continúa estando intacto en la Premier. Puede que Wenger rechazara la oferta de F.P. porque veía al Madrid como un club sin paciencia y desestructurado; y puede que la rechazara por el mal de altura.
Dice Wenger que sus jugadores fueron ayer mentalmente fuertes y yo, con su permiso, me permito añadir que los futbolistas del Arsenal tuvieron los jardines de Versalles en el culo y que si el Barcelona no sentenció la eliminatoria fue simple y llanamente porque Leo Messi no fue Leo Messi por primera vez en mucho tiempo y marró en los metros finales ocasiones de gol muy claras. Si para alguien preveo una "segunda noche inolvidable" en el Nou Camp es para el Barcelona, muy superior al Arsenal. No creo que el equipo de Guardiola tenga mayores problemas para pasar a cuartos de final aunque también es cierto que los gunners han crecido con respecto al año pasado. A Arsene Wenger se le ve cómodo perdiendo por poco, mejorando de temporada en temporada: sin duda acertó quedándose en Inglaterra y rechazando la oferta del Real Madrid.
Otra cosa distinta es Guardiola. Nunca me cansaré de decir que Pep es un verdadero actorazo y que la divina Sarah Bernhardt palidecería ante su arte. En cuanto se le tuercen ligerísimamente las cosas (y lo de ayer fue un tropiezo chiquitito, chiquitito) aparece el auténtico Guardiola, el Guardiola que sangra cuando le pinchan y critica a los árbitros cuando cree que no han sido justos con sus chicos. Este hombre ha tenido una suerte inmensa al encontrarse ya hecho un equipo campeón que juega al fútbol de memoria, de lo contrario no sé qué sería de él. El árbitro tuvo tanto que ver con la derrota culé como yo, o sea nada. El Barcelona pasará sin excesivos problemas aunque, por si acaso, su técnico ya está abonando el terreno para recoger lo sembrado en el partido de vuelta... como hacen todos y cada uno de los entrenadores de fútbol del mundo. El New Age va necesitando una manita de pintura.