Dicho quedó que el debate que se ha originado hasta la fecha alrededor de la selección nacional no es ni nuevo ni más duro que en ocasiones precedentes. Y es, por cierto, exactamente el mismo debate que se produciría alrededor de una selección que ha sido varias veces campeona de Europa y en una ocasión campeona mundial si, en un grupo de clasificación tan endeble como el que conforman Suecia, Polonia, Eslovaquia y la propia España, la selección más fuerte hubiera tenido para clasificarse los mismos problemas que ha tenido la nuestra. A la nación no se la quiere menos porque se critique el juego de la selección o se dude de lo acertado de la convocatoria del seleccionador nacional; uno no es más o menos español por ponerse la camiseta de España o no ponérsela. Es falso. A un equipo del nivel del nuestro y perteneciente a una Liga en la que militan Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla, Valencia o Athletic Club de Bilbao hay que exigirla. No hay nada malo ni, insisto, tampoco nada nuevo en eso. No es un debate malintencionado, es un debate intenso, como lo son todos en el mundo del fútbol.
Sí es cierto, sin embargo, que esta selección tiene un asidero especial para quienes (esta vez sí de un modo perverso) pretenden dudar de la españolía de quienes critican (de quienes criticamos) el juego de la selección. Ese asidero es la ausencia de jugadores del Real Madrid en el equipo nacional. A estos periobarcelonistas o perioatléticos, Luis Enrique se la ha dejado literalmente botando, se la ha puesto a huevo: sólo critican a España los madridistas y lo hacen por la sencilla razón de que entre los 24 convocados no hay ninguno del Real Madrid. El argumento es falaz y esencialmente bobo, como sus autores, puesto que Luis Enrique sí convocó antes a futbolistas del Madrid y fue criticado, porque antes que él los llevó Vicente del Bosque y con él pasó lo mismo y porque con Luis se fue tanto o más crítico que ahora con el actual seleccionador y él también llamó a futbolistas del Real.
Mi amigo Petón se refiere con mucha gracia al grupo de Whatsapp para sugerir que los periodistas deportivos madridistas recibimos consignas del club para decir tal o cual cosa, pero no todo el mundo tiene el arte ni tampoco la finura intelectual de Petón. No existe, según yo lo veo, ninguna campaña de la opinión publicada madridista para atacar más o menos a Luis Enrique, no hay ningún grupo de wathsapp, pero sí existe una campañita contra los madridistas por parte de estos periobarcelonistas y perioatléticos de pacotilla para enfrentar con España a la afición del club que más futbolistas ha aportado históricamente al equipo nacional y el que, por cierto, más ha hecho porque se conozca la Liga española por el mundo. Es un debate pueril, está mal hilvanado y en él subyace todo el rencor y toda la mala baba acumulada durante tantísimo tiempo. Es un debate tonto protagonizado por tontos.
Supongo que el hecho de que el Real Madrid no aporte ni un solo futbolista a su selección es tan extraño como lo sería, por ejemplo, que ningún futbolista del Bayern acudiera al equipo nacional alemán. Imagino que allí también se debatiría sobre ello e, incluso, alguien sugeriría (como acaba de hacerlo por cierto Effenberg para hablar de nuestra realidad y no de la suya) que, aunque sólo sea por una cuestión de imagen o incluso para enganchar a la afición más numerosa, no es bueno que un equipo tan grande esté ausente de su selección. Pero, pasada la desafección inicial, que en el caso del madridismo tampoco viene de ahora sino de lejos, no conozco ni un sólo madridista que siga debatiendo sobre esto ni tampoco que tenga un interés especial en que pierda la selección porque la entrene un culé antimadridista: el Real Madrid ya paseaba con orgullo la bandera de España por el mundo cuando muchos de estos ni siquiera habían nacido. Por lo demás, y cuando uno está ejerciendo el periodismo, se ha de elegir entre la crítica razonada y Manolo el del bombo. Prescindir del Real Madrid a la hora de confeccionar la lista de convocados de la selección nacional española de cara a una Eurocopa o un Mundial es una pésima idea; tratar de enfrentar al Real Madrid o a los madridistas con España es una idea falaz, estúpida y cargada de mala intención y peores sentimientos. Y, además, no lo van a conseguir. Se les ve el plumero. Se os ve el plumero. Yo os lo veo.