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El penúltimo raulista vivo

Se descubrió el panettone

No es la primera vez ni será tampoco la última, salvo que Fabio Capello cumpla su palabra y acabe retirándose, que el entrenador italiano pega un portazo y deja colgado de una ramita al Real Madrid. Lo más llamativo de la noticia desvelada anoche por José Antonio Abellán en la Cadena Cope es el momento escogido por Capello para cerrarle nuevamente al madridismo la puerta en las narices: la víspera de un partido trascendente, justo antes de jugarse un encuentro que ha sido catalogado por el propio entrenador merengue como definitivo. Algo muy gordo tuvo que suceder en la conversación que Capello mantuvo con "Mijatoldini" para que éste amenazara con anunciar su dimisión en la rueda de prensa que tenía prevista para las dos de la tarde. Parece lógico pensar que Mijatoldini, Calderón mediante, recomendara a Capello un rejuvenecimiento de la plantilla. Y es normal que, conociendo como conocemos a Capello, deduzcamos a continuación que éste se pilló un globo galáctico.
Un directivo llamó a Abellán para contarle la historia: Capello había presentado su dimisión esa misma mañana. Abellán, como me habría pasado a mí, no se creyó nada, pero, una vez contrastadas todas las fuentes, la información quedó plenamente confirmada. El resto es conocido por todos. La Cadena Cope dio la noticia a las cinco y veinte de la tarde, y más tarde en los boletines horarios de las seis y de las siete. Para esa hora precisamente, para las siete, estaba prevista una junta directiva cuyo único punto del orden del día pasó a ser la dimisión de Capello. En ésas estaban cuando, en mitad de la reunión, un empleado del club llamó a la puerta –toc, toc, "¿se puede?"– y mostró a los allí presentes la página web oficial de la Cadena Cope en la que podía leerse la noticia. "¿Cómo se han enterado? ¿Quién ha sido el chivato?..."
Descubierto el pastel, aunque no sé si llamarle panettone, Miguel Ángel Arroyo tuvo que jugar el papel de tonto útil. Y, negando la mayor, lo único que hizo el bueno de Arroyo fue admitirlo todo de pe a pa. Por la noche, Mijatovic buscó, como suele ser habitual en estos casos, acomodo en su burladero radiofónico. Ante tanto toro manso, Mijatovic, el "niño de Podgorica", no pudo por menos que cortar las dos orejas y el rabo en una corrida que todo el mundo sabía amañada desde el clarín inicial. Eso es todo lo que ocurrió el 19 de febrero de 2007, San Agatón, día en el que tuvimos que pedirle a Fernando Torres que aplazara hasta el miércoles su visita a los estudios "Antonio Herrero" porque esa misma mañana Fabio Capello había presentado su dimisión como entrenador del Real Madrid.

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