Mourinho es Satán y sus admiradores somos seguidores del Diablo. Eso es así. La última constatación de esto que digo es que a la agencia de comunicación encargada de organizar uno de los actos publicitarios de Iker Casillas se le ocurrió que los aficionados le hicieran una pregunta vía Twitter al capitán del Real Madrid y tuvieron que desechar rápidamente la idea puesto que llegaban más insultos que otra cosa. Insultos de mourinhistas, claro, que para algo es Satán. Amenazas de los seguidores del Diablo. Seguro que había seguidores de Mourinho entre aquellos que insultaron a Iker, seguro. Estoy tan seguro de eso como de que si al entrenador portugués se le ocurriera abrir una cuenta en Twitter también recibiría amenazas e insultos. Yo, que soy un doble cero a la izquierda, recibo a diario vejaciones a través de Twitter y, puesto que en mi avatar aparezco con una foto de Mou, me atrevería a deducir que la mayoría de quienes me insultan no son mourinhistas. La conclusión más razonable es pensar que a través de las redes sociales no insultan únicamente aquellos que admiran el trabajo de José Mourinho.
Yo, ya lo he dicho otras veces, conozco a muchos adoradores de Satán. Uno de ellos se llama Juan Guerrero Burgos, es uno de los hombres más educados que conozco y hace poco recibió la insignia de oro y brillantes de su club, que es el Real Madrid. Lleva viendo fútbol en el estadio Santiago Bernabéu desde la época de Cañoncito Pum y, aunque a alguien le parezca imposible, no le gusta Casillas, prefiere a Diego López y cree que Mourinho era la mejor opción para el club. No me parece que Guerrero Burgos sea fácilmente manipulable puesto que es uno de los abogados más reputados de Madrid, ni quien le conozca creerá ni por un minuto que las noches de los viernes asiste disfrazado con una capa a cónclaves situados en lugares recónditos para ponerle una vela negra al portero del Madrid. Resulta simplemente que a mi amigo Juan le gusta más Diego que Iker, ¿tan difícil resulta entenderlo?... Otro de los adoradores de Satán es Alfonso Ussía, escritor y periodista, que a puntito estuvo de llegar en su día a la presidencia del Madrid. ¡De menuda se libró el Real que, a buen seguro, con Alfonso habría acabado vistiendo de negro!...
El día que se controlen los insultos y amenazas a través de Twitter será un gran día. Yo, que ya digo que no soy nadie, tengo más de 47.000 seguidores en esa red social y quizás vaya ya por los cerca de 15.000 bloqueados. ¿Quién me insulta a mí si resulta que yo soy un mourinhista declarado? ¿Me insultan los antimourinhistas y sus secuaces?... Tiene que ser verdaderamente tranquilizador eso de poder irse todas las noches a la cama teniendo las cosas tan meridianamente claras y esperando a que el Ratoncito Pérez te deje el billetito de diez euros debajo de la almohada. Convengamos, para no hacernos demasiados líos, en que todos aquellos que insultan, acosan o vejan a alguien amparados en el anonimato que ofrece Twitter son unos auténticos sinvergüenzas, unos fanáticos y, lo que es aún peor, unos verdaderos iletrados. Pero, por favor, que nadie se apodere de la bandera de la libertad, el madridismo y el sentido común porque recuerdo que en esta batalla fundamentalmente mediática los teóricamente buenos y puros de corazón llegaron incluso a utilizar al hijo de Mourinho para alcanzar sus perversos fines. Claro que con Satán valía todo, ¿no?...