Tan claro está que el Balón de Oro lo va a ganar Ribéry como que yo me quedé calvo. Y si las votaciones se decantaran peligrosamente hacia el otro lado, que este año tendría que ser necesariamente el de Cristiano, ya se encargaría alguien de que se extraviaran votos por el camino o que no llegaran con el tiempo necesario a su destino para ser contabilizados. El servicio de correos, que está fatal. Como desde que votan seleccionadores y capitanes el premio se ha convertido en una tómbola politiquera (Del Bosque: "He votado lo que es mejor para España") y como el presidente de la FIFA no puede inclinar esta vez la votación del lado de Messi, lo lógico es que el francés, que además tampoco va a tener demasiadas oportunidades, quede primero, el portugués segundo y el argentino tercero.
Es cierto que el criterio para otorgar el galardón no está nada claro. Un año cuentan los éxitos con tu selección y otro no, un año se valoran los goles y al siguiente se olvidan, un año tienen que ver los títulos obtenidos con el club y luego pasan al olvido, un año puntúa que seas un niño bueno, te comas la papillita y no hagas declaraciones altisonantes y al otro da lo mismo. Este año, ya lo verán, tocará que dé lo mismo con respecto a este último punto porque el comportamiento de Cristiano no ha podido ser más exquisito y sin embargo Ribéry acaba de decir que su mujer ya le está haciendo hueco al Balón de Oro. Me parecería plausible que Cristiano no decidiera asistir a una gala que huele a estafa aunque como es un tío tan elegante igual me sorprende.
Uno de los Messi, Matías, el típico caso del hermano que vive a la sombra del que triunfa en la vida, el que le lleva las maletas y hace las reservas de hotel, el del "usted no sabe quién soy yo", aquel que hace poco insultó a los madridistas en su perfil de Twitter, se jactaba ayer en las redes sociales de los éxitos individuales cosechados por Leo en comparación con los de Cristiano. Otra vez la provocación, de nuevo el matonismo. Luego Cristiano le dará un capón con la barbilla y vendrán los lloros. El Balón de Oro es un tangazo mundial pero al menos nos sirve para pasar el rato con todos estos personajes. Y no me negarán que Jorge Alberto Valdano, el payador perseguido, es un personajazo. Dice Jorge: "El mejor es Messi; y el segundo, Messi lesionado". Que este tío se haya llevado una fortuna del Real Madrid por decir estas memeces tiene un mérito indudable, ¿o no? Claro que cuando te engañan una vez es culpa del otro pero cuando te engañan dos...