Parece que los atléticos están especialmente contentos con el sorteo de Champions, y eso es así porque al Real Madrid le ha tocado jugar contra el Liverpool de Torres, y los colchoneros siguen viendo en el niño a su vengador justiciero, y después porque a su equipo le ha caído en suerte medirse con un adversario relativamente fácil. Mis amigos del Atleti ven en el de ayer el "sorteo perfecto" porque dan por hecho que un equipo con nueve Copas de Europa, treinta y una Ligas, diecisiete Copas, tres Copas Intercontinentales, dos Copas de la UEFA, una Supercopa de Europa y unas decenas más de torneos menores que no viene al caso reseñar aquí debido al corto espacio del que dispongo, va a salir corriendo de Anfield en cuanto veinte mil hooligans con diez pintas de cerveza negra en su barriga se pongan a cantar la cancioncilla esa del caminar, la soledad, la abuelita, el lobo feroz y los tres cerditos.
Un atlético se cruza conmigo y me suelta a la cara lo siguiente: "¡El niño os va a dar bien!". A mí me parece que un atlético con una mentalidad acorde al excepcional historial del club rojiblanco tendría que alegrarse de que el niño le diera lo suyo al Real Madrid en la Champions, sí, pero no vistiendo la camiseta roja del Liverpool sino la rojiblanca del Atlético. Parece que ese colchonero que se cruzó conmigo el viernes ha decidido olvidar el hecho innegable de que Torres les abandonara no hace demasiado tiempo para marcharse a la Premier League porque aquí no podía seguir creciendo. Y el caso es que, transcurrido un año, se ha demostrado que Fernando tenía más razón que un santo y que el club de sus amores le impedía convertirse en el crack que hoy deslumbra a media Europa con su juego y con sus goles. Me niego a reproducir aquí lo que le respondí a este fan de Sami Hyypia y Nabil El Zhar.
Es lo que pasa cuando te ven un poco débil, que te faltan al respeto. Y yo creo que al mejor club de fútbol del siglo XX y al que más Champions ha ganado en lo que llevamos de siglo XXI no se le puede faltar así al respeto. "¡Lo que le faltaba al Madrid!", leo hoy en la portada del diario Marca, como si el Real fuera una perita en dulce, la Cenicienta de este cuento, el Pozí de la Copa de Europa. Yo, a cambio, lo que digo es que el refranero español es muy sabio y que después de diciembre, leña y duerme, llegará enero, bufanda, capa y sombrero, y después lo hará febrero, cara de perro, y que para los partidos de vuelta que se jugarán allá por marzo, la pepita y el garbanzo, Dios dirá. En cualquier caso, pase lo que pase, con el Real Madrid presente o ausente de la final del próximo 27 de mayo, el equipo blanco seguirá siendo el indiscutible Rey de Europa. Y ya saben lo que dice el refrán: mayo loco, mucha fiesta y pan poco.