El mundo está al revés. Dicen que Ángel Villar no echará a Luis Aragonés aunque le exigirá que hable con la prensa, pero que Pepe Sáez se lo está pensando con Pepu Hernández porque no le gustó cómo dirigió al equipo... ¡en la final del Eurobasket! ¿Alguien lo comprende? Quizás lo entiendan los enemigos de España. ¿Habrá penetrado tanto Esquerra Republicana de Cataluña en las instituciones? ¿Es posible que Carod Rovira mande ya en nuestro deporte y todavía no nos hayamos enterado? Si somos absolutamente incapaces de quitarnos de encima a los que no funcionan y a los que sí lo hacen queremos darles una patada en el culo, la pregunta está clara: ¿será que los extraterrestres han escogido España como banco de pruebas y nos está pasando como en Uve, aquella serie de ciencia ficción de los años ochenta en la que los marcianos se comían a los lagartos a escondidas?
En este mundo al revés, con España boca abajo, lo normal es que Raúl González Blanco no esté jugando con España. ¿Por qué debería hacerlo? Es uno de los emblemas de la selección nacional, quiere a España, la defiende, lucha por el equipo de todos y ahora está mucho mejor que cuando le llevaron al Mundial de Alemania. Si Villar no es capaz de echar a un seleccionador que ha convertido sus salidas de tono en una costumbre, un hombre incapaz de cumplir su palabra y cuyos resultados son mediocres, ¿quién se encuentra en disposición de exigirle a Luis que lleve a Raúl? Yo, desde luego, no. En este mundo al revés, con España boca abajo como decía, lo normal es lo anormal y lo más probable, por no decir lo único que tenemos garantizado, es que el mejor se quede en su casa, viendo los partidos, o lo que sea, por la tele.
Iba a decir que Luis Aragonés quedará en evidencia si no lleva ahora mismo a Raúl. Qué ingenuo soy. El seleccionador ha quedado tan descaradamente en evidencia que ya le da igual ocho que ochenta y que ochocientos cincuenta. Es, si se me permite la expresión, como uno de esos pilotos suicidas que circulan en dirección contraria. No es que yo crea que Raúl está para jugar con España, que lo está, sino que pienso, y esto no es una broma, que está incluso para dirigirla desde el banquillo. Mejor que Luis lo haría, eso desde luego. En ese caso Raúl se llevaría a sí mismo al equipo nacional, pero entonces le acusarían de nepotismo. Uno no sabe nunca cómo acertar. Es posible que lo mejor sea que nos demos un batacazo en Austria el año que viene para que todos salten por los aires. Y entonces sí, entonces Raúl a la selección, pero como seleccionador.