Es curioso: el presidente y los socios del Real Madrid aprueban mayoritariamente y sin fisuras la gestión de su entrenador, el presidente y los socios del Barcelona ratifican mayoritariamente el acuerdo con un organismo de un país que se cisca en los derechos humanos, y el resumen de lo publicado es que Florentino Pérez es rehén de Mourinho y la afición blanca una de esas sectas que cada dos por tres anuncian el fin del mundo para el próximo domingo. La legislación de Qatar no prohíbe la tortuta, la detención en régimen de aislamiento es una práctica habitual y hay indicios claros de que la policía del país es reacia a tratar la violencia contra las mujeres como un asunto criminal (¿tendrá opinión sobre esto la Pujola?), pero son los merengues los abducidos. Qatarí que te vi.
El Real Madrid es un club privado de fútbol, tiene sus propios órganos de gobierno, cada tanto convoca elecciones y sus socios eligen a un presidente que les representa. El club es tan grande, tan potente, gira tanto alrededor suyo (para bien y para mal) la atención mundial y por lo tanto la actividad periodística, que alguien puede cometer el error de creer que es él quien con sus opiniones, más o menos formadas e informadas, controla la dirección del mismo. Craso error. Florentino Pérez no está ahí para no decepcionar a José Ramón de la Morena sino para cumplir el mandato de los únicos dueños del invento y no frustrar sus ilusiones y expectativas. Es, por supuesto, criticable o elogiable periodísticamente hablando el apoyo de F.P. a Mourinho, pero el presidente del Real Madrid no respalda o deja de respaldar a su entrenador por dos portadas o un comentario por la noche sino porque considera que debe hacerlo así.
Los socios del Barcelona votan mayoritariamente a favor del acuerdo de patrocinio con un organismo de un país que no mata toros sino que maltrata a los seres humanos y, sin embargo, la noticia son los cuarenta y tantos segundos de aplausos sectarios, iluminados, poseídos, atolondrados de un grupo de orates que apoyan a Mourinho. Rosell, que cada vez que abre el pico hunde las Bolsas, le lanza un dardo envenenado a Guardiola por el fichaje de Ibrahimovic, éste le contesta diciendo que deje en paz a Laporta que lo está pasando fatal y Freixa remata diciendo que no se va a retirar la demanda contra el ex presidente pero los locos son los socios del Real Madrid que están totalmente de acuerdo en que el entrenador del Real Madrid defienda al Real Madrid. Qatarí que te vi.