Existe la creencia comúnmente aceptada, y últimamente reforzada por el insistente rumor de que ya tiene incluso atado a Cristiano Ronaldo para el año 2010, de que Florentino Pérez presentará otra vez su candidatura a la presidencia del Real Madrid en cuanto Ramón Calderón convoque las elecciones. Desde la libertad que me da el hecho de haber estado en la "lista negra" de los hombres de Pérez y de estarlo ahora también en la de los hombres de Calderón, ajeno a las redes de adeptos tejidas por uno y otro a su alrededor, pasaré a continuación a esgrimir mi opinión sincera y periodística, ya adelanto que muy negativa, acerca de la idoneidad de que el ex presidente vuelva de nuevo a la carga.

1.- Han pasado ya más de ocho años desde entonces pero conviene recordar que Florentino Pérez, que tuvo tres años magníficos y otros tres desastrosos, accedió en 2000 a la presidencia en medio de denuncias por parte del otro candidato muy similares a las que luego se reproducirían en 2006 con Calderón. Aún hoy, Lorenzo Sanz sigue pensando que Pérez le tangó, aunque como el madridismo tiene la sensación de que Sanz y Mendoza hicieron antes con Pérez lo que luego Pérez hizo con Sanz, todo queda en el fondo equilibrado. El único que sale desequilibrado de ese perverso equilibrio es, por supuesto, el Real Madrid.

2.- A Pérez le pudo la vanidad, aunque no seré yo quien le acuse de ser ambicioso para el club que presidía. El principio del fin empezó con la destitución de Vicente del Bosque. En aras justamente de la famosa excelencia, tratando de llevar hasta sus últimas consecuencias el axioma empresarial según el cual uno no puede quedarse nunca quieto, Florentino prescindió de un hombre clave en su proyecto, un entrenador discreto y efectivo que siempre supo ceder el protagonismo a los jugadores.

3.- Tampoco hay que olvidar que aquellos polvos trajeron los actuales lodos y que fue precisamente Pérez quien dio entrada en su junta directiva a Calderón. Es más, el ex presidente defendió con vehemencia (y doy fe de ello) a su hombre cuando El Tirachinas denunció, creo recordar que allá por 2002, que el por entonces directivo podría estar bordeando el código ético del que tanto presumía el presidente.

4.- Florentino, un empresario de indudable éxito, un hombre con una habilidad innata para formar equipos de trabajo y rodearse de los mejores, dio sin embargo entrada a Calderón en su junta, le mantuvo durante seis años en la misma y, a la hora de marcharse, eligió a Fernando Martín como su sustituto, dejando bien a las claras que su habilidad cuando de elegir directivos para ACS se trataba no se extendía también a la parcela deportiva. Calderón es un verdadero desastre y Martín lo fue similar y, por si fuera poco, condensado en poquísimo tiempo. El kafkiano proceso electoral al que luego sometieron a los socios del Real Madrid, obligándoles a elegir entre Malo y Peor, no fue fruto de la casualidad sino de todo lo anteriormente expuesto.

5.- Sería injusto con la realidad histórica si olvidara ahora cómo se fue Florentino Pérez. Desde luego no pudo elegir un momento peor y, aunque los motivos que adujo podrían parecer razonables, (su incapacidad para tratar con sus propios jugadores y su carencia del necesario impulso vital para enchufar de nuevo al equipo con la más agobiante realidad) lo cierto es que lo suyo pareció entonces, y sigue pareciendo hoy, una huida, y no hacia adelante precisamente sino descaradamente hacia atrás.

6.- Desde que Florentino Pérez abandonó la presidencia, y a pesar de que el club de sus amores va haciendo desde entonces un peligroso zig zag, no ha querido participar ni una vez en público para defenderse él o defender su gestión de las críticas, algunas sin sentido, realizadas por su sucesor en el cargo. Si Florentino no se presenta a las elecciones de 2010 entenderé que el suyo era el silencio de un hombre prudente; si presenta su candidatura, daré por hecho que era un silencio calculador y expectante a la espera de que otros le hicieran el trabajo sucio y la fruta cayera madura.

7.- En 2006 dije que, después del bochornoso espectáculo al que nos sometieron a todos durante un mes y medio, a los candidatos a la presidencia del Real Madrid, y en especial a quien se impusiera finalmente en los comicios, les haría falta unas grandes dosis de generosidad y amor al club. Tristemente se cumplieron mis peores expectativas y los candidatos, y de forma significada la persona que ganó las elecciones, únicamente han demostrado un imparable y desmedido cariño hacia sí mismos. Es por todo lo anteriormente expuesto que vuelvo a exigir lo mismo que ya pedí, sin mucho éxito, en 2006: en 2010, o antes, de las urnas debería salir elegido un presidente joven y sin ninguna vinculación con los Sanz, Baldasano, Calderón, Pérez, Villar Mir, Mendoza, etcétera, etcétera, etcétera. Florentino ya tuvo su oportunidad, y la aprovechó y la desaprovechó a partes iguales: volver sería un error.