En las últimas 48 horas he sostenido en twitter una cruenta refriega por defender a Iker Casillas. Pocas sorpresas hasta ahí puesto que suelo ser bastante activo en internet, y significadamente en el sitio del pajarito azul, y de todos es sabido por otro lado que el fútbol es total y absolutamente amnésico, vive del ahora, del hoy, y en ocasiones ni siquiera eso. La principal novedad no reside por supuesto en el hecho de que yo discuta, porque lo hago reiteradamente a lo largo del día y además me gusta un montón, ni tampoco que defienda a Iker, que es probablemente el mejor portero español de la historia y ha ganado Ligas, Copas y Champions para el Real Madrid y Eurocopas y un Mundial para España, sino que las discusiones las he mantenido con gente que decía ser socia o aficionada... ¡del Real Madrid!
Claro que un grano en twitter no hace granero en el estadio Santiago Bernabéu ni las redes sociales son tampoco la única realidad (a veces ni siquiera la realidad) pero sí marcan una tendencia. El caso es que yo no me he peleado ni con uno, ni con dos ni con tres sino con varias decenas de iracundos merengues y lo he hecho paradójicamente por dar la cara por el capitán de su club, un chaval que podría ser el segundo portero de la historia en conquistar el Balón de Oro después de Lev Yashine y que lleva veintidós de sus treinta y un años en el equipo. Que me perdonen, o que no lo hagan, esos aficionados pero si en la actual plantilla hay un emblema del Real Madrid ése es Iker Casillas Fernández muy por encima de cualquier otro. Repito: de cualquier otro.
Me molesta mucho cuando me dicen que el sector madridista que golpea con saña a Iker es el mourinhista. Yo creo que Mourinho es, de largo, el mejor entrenador de fútbol del mundo y sostengo que se encuentra inmerso en una segunda refundación de la entidad; y al mismo tiempo pienso que Casillas es, también de largo, el mejor portero del mundo. Me molesta eso y me hacen mucha gracia quienes se dedican a interpretar de forma amateur los gestos o los pensamientos de Mourinho acomodándolos, por supuesto, a lo que ellos mismos creen o querrían que sucediera. A los hechos me remito: Mou ha contado siempre con Casillas, que ha jugado todos y cada uno de los partidos importantes. Este curioso sector madridista que llama ahora despectivamente "Cantadillas" a Iker es el mismo que bautizó "Baúl" a Raúl. Ellos sí que son un baldón para el Real Madrid y es sangrante su falta de respeto.