Ayer murió Pablo Porta. Buceando en la red me encuentro con unas sorprendentes declaraciones de Gonzalo Fernández, que en 1996 era director de Infraestructuras del Consejo Superior de Deportes, justificando la puesta en marcha en 1984 del Real Decreto de Federaciones, conocido popularmente como "decreto anti Porta", y su posterior modificación doce años después: "las circunstancias deportivas en España no son ahora las mismas que en la década pasada. Fue correcto lo que se hizo en su momento y es correcto lo que se va a hacer". Así que el primer Gobierno de Felipe González decretó en el 84 que los presidentes de federaciones deportivas que llevaran en el cargo tres mandatos ininterrumpidos no pudieran presentarse a la reelección y en el 96 el último Gobierno de Felipe González corrigió su propio decreto, cuando el presidente llevaba ya en La Moncloa trece años, cuatro más de los que estuvo Porta en la Federación.
Por supuesto que la "circunstancia" a la que se refería el señor Fernández había cambiado y se encontraba jubilada en la Comisión Ejecutiva de la FIFA. Al Real Decreto se le mantuvo con respiración asistida hasta que se llevó por delante al también fallecido Juan Manuel de Hoz, que ocupó la presidencia de la Federación Española de Atletismo durante once años, desde 1977 hasta 1988. Aquello olió mal y supo peor desde el primer momento. Todo el mundo dio por hecho que Pablo Porta y Juan Manuel de Hoz resultaban incómodos para las autoridades deportivas del país y que debido a eso, en aras de la modernidad, se les impedía presentarse a la reelección. Lo que los políticos se negaban a aceptar para sí mismos -quiero recordar que en 1996 Felipe González fue por séptima vez candidato para presidir el Gobierno- se lo imponían con malos modos y peores decretos a Porta. Hoy, contemplados con la perspectiva que nos ofrece el tiempo transcurrido y comparados con algunos casos actuales, aquellos nueve años que permaneció don Pablo al frente de la Federación parecen breves más bien.
Y hablando de casos actuales: la Fiscalía General del Estado no ve claro el recorrido penal de la conversación mantenida por Iñaki Descarga y Julio Romero que fue destapada en su día por Popular Televisión. Fuentes del departamento de Conde Pumpido señalan que después de iniciar la investigación, la Fiscalía no tiene claro el contenido penal y argumenta que la competición "no deja de ser un negocio privado". Las declaraciones de esa fuente anónima de la Fiscalía General del Estado son cuando menos tan llamativas como las realizadas hace doce años por el director de Infraestructuras del Consejo Superior. ¿Qué tendrá que ver la privacidad de un negocio con el presunto amaño de un partido de Liga de Primera División? ¿Acaso quiere decir la Fiscalía que si un delito es privado no puede hacer nada el Estado?... En la conversación entre Descarga y Romero se hablaba en concreto del Athletic Club de Bilbao-Levante. ¿Y no afectó el marcador de aquel partido al resultado de las quinielas?