Si, al margen por supuesto del Barcelona, existe en España un club de fútbol que se haya caracterizado por su furioso antimadridismo, ése es sin lugar a dudas el Valencia. Barça y Atlético de Madrid son antimadridistas desde los orígenes, casi, casi desde el mismo día de su fundación, pero, de aplicar la prueba del carbono 14 al antimadridismo valencianista, nos saldría probablemente una fecha: 4 de julio de 1996; aquel día, en su presentación como nuevo futbolista del Real Madrid, Pedja Mijatovic, el alma del Valencia, dijo lo siguiente: "Sí, valgo 1.500 millones". De pesetas, añado yo. Por aquel entonces, el presidente del Valencia era Paco Roig, que dijo esto otro: "El Madrid está pelao como una mona". El Madrid estaba "pelao" como una mona y el Valencia iba a batir todos los registros, pero Mijatovic eligió jugar en el Real Madrid, cuestión ésta que no se le perdona desde entonces en Mestalla ni al jugador ni al club blanco.
En los últimos veinte años el Valencia ha tenido buena ocasión de materializar su antimadridismo, de hacerlo evidente, de demostrar que no olvida. Con Mendieta. Con Villa. Con Ayala. Con Silva... Paco Roig no está, Lorenzo Sanz, que fue el presidente del Real Madrid que cerró la operación de Pedja (recuerdo que Parrado le llamaba Midja), tampoco; pero ya fuera con Juan Soler, con Manuel Llorente o con Amadeo Salvo, todos y cada uno de los presidentes del Valencia han ido recogiendo en ordenada y sumisa fila el testigo antimadridista heredado de Roig, y todo por un fichaje que se firmó cuatro años antes de que llegara el euro a nuestras vidas. Con el Real Madrid suele suceder que se espera de él que a una bofetada responda poniendo la otra mejilla; cualquier cosa que no sea poner la otra mejilla será inmediatamente interpretado como una declaración de guerra. Y el Real Madrid la pone, pone la otra mejilla, una y otra vez, y otra vez más... Me refiero, claro, a Cheryshev.
Seguro que a Neville le viene muy bien la cesión de Cheryshev. Parece que su intención es la de colocar a Gayá como interior izquierdo por delante del madridista, que no es mala idea. Porque, aunque no lo parezca, Denis Cheryshev pertenece al Real Madrid, club al cual lleva torpedeando el Valencia durante los últimos veinte años. Dejando a un lado la broma de mal gusto que supondrá para todos los madridistas ver a Cheryshev jugando las semifinales de Copa, ¿no había otro club al cual poder ceder al jugador? ¿De verdad? ¿En serio?... Zidane no cuenta con él, de acuerdo; y al chico le conviene jugar, de acuerdo también; pero, ¿por qué no al Villarreal? ¿O al Sevilla incluso?... Pongamos por caso que al Villarreal haya acabado penalizándole el rocambolesco episodio copero, ¿no es más grave que el Valencia lleve prefiriendo durante los últimos veinte años que un jugador suyo acabe antes en el Barça o fuera de España que jugando en el Real Madrid? Y, yendo aún más allá, ¿alguien piensa de verdad que este favor madridista a un club que está con el agua al cuello servirá para algo en el futuro?... Ya respondo yo: sí y no.