Es curioso que el único jugador que no haya entrado en las rotaciones de Vicente del Bosque para los partidos amistosos contra Italia y Rumanía haya sido Gerard Piqué. Incluso Casillas fue suplente el jueves, aunque habrá que esperar hasta el 13 de junio para saber a ciencia cierta si se atreve a alinear a De Gea como titular. Piqué no, Piqué jugó dos intrascendentes (y muy mal resueltos, por cierto) partidos amistosos, y lo hizo además en vísperas de todo un Barcelona-Real Madrid de Liga. Busquets, por ejemplo, se largó a su casa con un dolorcillo aquí, y Ramos lo hizo a renglón seguido con otro dolorcillo allá, pero Piqué no, Piqué lo jugó todo, como si el seleccionador nacional no le conociera ya lo suficiente y quisiera explorar alguna posibilidad más, como si Piqué fuera un novato, un meritorio como Aduriz, un central por descubrir. Pero Piqué no es nada de eso, ¿verdad?...
Así que lo que en realidad ha hecho Del Bosque no ha sido alinear los dos partidos completos a un futbolista al que conoce de maravilla, uno de los suyos, uno de la familia, sino enviarnos a todos un mensaje tras una semana convulsa (otra más) del jugador del Barça: en la Eurocopa, y os pongáis como os pongáis, serán Piqué y diez más. En Francia vivirá Del Bosque su canto del cisne como seleccionador; a la vista de estos dos partidos está que España ya no juega como antes, probablemente porque hay futbolistas que ya no están y los que siguen estando ya no son los mismos que antaño. Pero, y llegados a este punto, me da la sensación de que a Del Bosque ya le da igual todo eso y que "morirá matando" con los suyos: Piqué lo ha sido, lo es y lo seguirá siendo pese a todas las trastadas que haga y a todos los periscopes del mundo.
Piqué ya las ha hecho de todos los colores, de todos. En la más reciente, y desde la concentración de la selección, se permitió el lujo de burlarse del presidente del Real Madrid. Y está meridianamente claro que Del Bosque no le piensa parar. Yo, y lo dije aquí mismo el otro día, ya no pienso que el seleccionador le consienta todas sus chiquilladas a Piqué porque sea muy buena persona sino porque está disfrutando como un enano con el espectáculo. Colocándolo como titular fijo, alineándolo ante Italia y ante Rumania y no dándole descanso, Vicente del Bosque nos está gastando en el fondo una broma macabra y, a su modo, se está riendo de nosotros: "¿No queríais caldo?... Pues aquí van dos tazas"... Con Vicente ahí, y aún le queda hasta la Eurocopa, tendremos a Piqué hasta en la sopa. El fútbol, claro, ya hace bastante tiempo que pasó a un segundo plano.