Messi convocó este miércoles elecciones anticipadas a la presidencia del Barça. Aún le quedaba al argentino un año más de mantado pero ha preferido poner las cartas boca arriba para que cada palo aguante su vela. Para saber si Leo volverá o no a ser candidato habrá que estar muy pendiente de a quién sigue en Instagram o a quién le hace unfollow en Twitter. Del mismo modo que el emperador Tiberio eligió la isla de Capri para dirigir Roma o la reina María Antonieta acabó reinando en Francia desde Trianón, Leo gobierna con mano firme e implacable el Barcelona desde las redes sociales. Un FAV de Messi y el vicepresidente económico está perdido, un RT del argentino y podemos dar por amortizado al nuevo fichaje del equipo, un Me Gusta de su padre o de uno de sus hermanos y la ciudad condal no duerme esa noche.
Si Messi se presenta a las elecciones arrasará. Y si no lo hace, un gesto suyo, un movimiento, una foto, un abrazo o, por el contrario, la indiferencia más absoluta, el desdén o la frialdad calculada hacia éste o aquel candidato determinará el nombre del ganador. Ayer José María Bartomeu, que en el fondo me parece un buen tipo que se ha visto ampliamente superado por la situación, no hizo más que limitarse a ejecutar una por una las ordenes recibidas por parte de su jefe, que no es otro que Messi. Me dio, eso sí, un poco de vergüenza ajena observar cómo se arrastraba Barto, cómo suplicaba el cariño de Leo, cómo reclamaba su perdón haciéndole la pelota de un modo tan artificial y exagerado: "El Balón de Oro es suyo"... ¿Cuándo es suyo el Balón de Oro? ¿Siempre? ¿Independientemente de lo que hagan los demás jugadores? ¿Y por qué es suyo el Balón de Oro?... Penoso.
Si a Bartomeu le hubieran apretado un poco más habría acabado cantando el Nabucco de Verdi en tres idiomas distintos a la vez. Uno de los capítulos más bochornosos de su intervención fue precisamente cuando, en relación con el castigo de la FIFA, aseguró que "ahora" el club estaba haciendo las cosas correctamente; si el Barça está haciendo ahora las cosas correctamente es lógico deducir que se debe a que antes no era así, y si antes no se estaban haciendo correctamente las cosas cabe interpretar por tanto que el castigo de la FIFA es justo. Comprendo que al Barça no le haya gustado que la FIFA le haya pillado con el carrito del helado y, para aparentar, rompa relaciones con el máximo organismo del fútbol mundial, pero... ¿y el apoyo de la Liga de Fútbol Profesional? ¿A santo de qué embarca Tebas al resto de clubes en un problema que atañe sólo a uno de ellos?... Reflexione, don Javier, reflexione. O, de lo contrario, se expondrá a que Leo Messi le convoque también a usted elecciones anticipadas.