En general, las excesivas muestras de apoyo hacia un entrenador nunca suelen presagiar nada bueno. Y en particular, las excesivas muestras de apoyo hacia un entrenador del Real Madrid suelen ser sinónimo de que algo no funciona. Una derrota, sólo una, ha sido más que suficiente para que Valdano, Pardeza -este incluso con visita a Valdebebas recogida oportunamente por los fotógrafos- y un par de capitanes salgan al cruce ante la presión realizada sobre Pellegrini, que no supo ver que Navas se comería a Marcelo por los pies. El Madrid no jugó ante el Sevilla ni mejor ni peor de lo que lo hizo, por ejemplo, ante el Xerez o el Tenerife en la Liga, con la única salvedad de que en el Sánchez Pizjuán no estuvieron Ronaldo, lesionado, y Kaká, físicamente presente pero mentalmente ausente, y la calidad del portugués y del brasileño bastó para tumbar a dos equipos recién ascendidos.
Tal y como presagió aproximadamente hace un mes y medio Valdano ha llegado la hora del entrenador. Y no sé qué tendrían que decir Gento o Amancio al respecto, por poner un par de ejemplos, pero a este no le gusta jugar demasiado por las bandas. Gracias a Dios que no le gusta porque, en caso contrario, tampoco tendría jugadores para hacerlo y entonces sufriría mucho el chileno. Es posible, aunque harto improbable, que el Madrid cambie de la noche a la mañana y lo peor del caso es que, alcanzado casi el ecuador del mes de octubre, todavía no sabemos a qué quiere jugar el Real Madrid. Bueno sí, miento, lo sabemos: balones a Cristiano para ver si con un poco de suerte la engancha. Hasta ahora, el Madrid de Pellegrini es como esas mises de físico y simpatía impresionantes que la fastidian cuando les preguntan de qué color era el caballo blanco de Santiago.
Valdano, que apoya mucho pero luego se pone el traje de francotirador con estudios, dice que tiene el once titular en la cabeza aunque todavía no lo haya visto sobre el campo: ¿coincidirá con el de Pellegrini?... La estabilidad del "ingeniero" va a ser inversamente proporcional al desembolso económico que hizo Florentino Pérez en esa plantilla y a la trayectoria que lleve el Barcelona en Champions y en Liga. Yo creo que el entrenador ha empezado a rotar demasiado pronto, mucho antes de encontrar un equipo ideal, pensando quizás en los partidos de la primera fase europea, cuando resulta que la gente da por hecho que el Madrid estará sí o sí en la final de la Copa de Europa que se disputará en el estadio Santiago Bernabéu. De momento, para abrir boca, Manolo Jiménez le desnudó tácticamente el domingo pasado en Sevilla. Y le quedan nada más que dos visitadores: Valdano y Florentino. Ojalá la miss se aprenda pronto la respuesta: "de color blanco".