La verdad es que este Guardiola tiene que ser más raro que un "perro verde". Por iniciativa propia, sin venir demasiado a cuento, veinticuatro horas después de que Sandro Rosell apostara, al más puro estilo "boludesco", a que el Barça acabará chorreando al Real Madrid en la próxima final de Copa del Rey "para no perder la costumbre", justo cuando se entra en el tramo más complicado y decisivo de la temporada, se va a la RAI a decir que su tiempo se está acabando. Cuando, transcurridos los años, se eche un vistazo a la etapa de Pep como entrenador culé, yo creo que se dirá que fue un tiempo exitoso desde el punto de vista deportivo pero marcado indudablemente por las rarezas de su entrenador, capaz de prescindir de un jugador por falta de feeling, sustituirle luego por otro para echarle más tarde con cajas destempladas por idéntico motivo, negarse a conceder (algunas) entrevistas personalizadas o mantener en tensión al club con esa manía suya de ir renovando tacita a tacita.
Ahora el "perro verde" se convierte, además, en un "pato cojo", y, en lo que atañe a esta última expresión, lo hace tan sólo un día antes que su amigo Zapatero, con quien compartiera por cierto vivencias, viajes y avión allá por 2007, cuando José Luis ya era presidente del Gobierno pero él aún no se había convertido en el entrenador del primer equipo del Barcelona. Es muy curiosa la coincidencia entre ambos anuncios (el de Guardiola dejando entrever que no seguirá más allá de 2012 y el de Zapatero confirmándolo plenamente) pero también llama la atención el que Pep haya dejado caer el bombazo en una radio italiana inmediatamente después de que Rosell sacara ostensiblemente los pies del tiesto: pareciera como si el técnico quisiera marcar distancias rápidas con respecto al actual presidente.
Se ve que Rosell anda buscando su propio espacio vital en el Barça, el mismo que al final acabara encontrando Laporta a costa de reivindicar un día sí y otro también la independencia de Cataluña, mientras que Guardiola le manda un guiño a Ferguson, empeñado al parecer en llevárselo cuanto antes al Manchester United. Hizo bien Rosell en decir lo que dijo si realmente lo pensaba, ¿por qué no iba a hacerlo?... Aunque, por algo parecido y en aras de la nueva objetividad periodística, habrían encerrado en Sing-Sing a uno que yo me sé. Y ahora hace también muy requetebién Guardiola en anunciar que se irá en 2012, ¿por qué no iba a hacerlo?... Aunque, de haber sido uno que yo me sé el protagonista de esa frase en cuestión, habrían reabierto para él solito el Castillo de If y arrojado después las llaves de la prisión a la bahía de Marsella.