La grave lesión de Maximiliano Rodríguez, delantero argentino con nombre de emperador mexicano, en el campo minado de La Condomina, resucita el viejo debate futbolístico de quién debe pagar los platos rotos cuando un jugador cae en combate en un partido entre selecciones. El club, en este caso el Atlético de Madrid, ingresa religiosamente en la cuenta corriente del futbolista sus millonarias mensualidades; y no sólo eso sino que, además, le cuida, le mima, le protege, le trae y le lleva en avión, le alimenta de primera, le lleva a los mejores hoteles, etcétera, etcétera, etcétera. El club, en este caso el Atlético de Madrid, tiene la (lógica) obligación de ceder a aquellos futbolistas que sean reclamados por sus diferentes equipos nacionales. Pero cuando el jugador sufre una lesión como la que sufrió el otro día Maxi, una rotura del ligamento de la rodilla que le va a tener fuera de los terrenos de juego durante por lo menos seis meses, todo el mundo desaparece. Se esfuma la FEF. Se evapora la AFA. No da señales de vida la FIFA. Y el "pagano" Enrique Cerezo se queda sólo ante el peligro. ¿No tendrían que ser todos coresponsables de lo que sucedió el pasado miércoles?
Una cosa es que un futbolista se lesione en un partido oficial y otra muy diferente es que lo haga en uno amistoso. Una cosa es que un futbolista se lesione en un campo en perfectas condiciones y otra muy distinta es que lo haga en un patatal en el que se niega a jugar hasta el equipo de la tierra. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Y, entre cosa y cosa, y las dos muy diferentes, el Atlético de Madrid pierde a uno de sus futbolistas de referencia en la delantera con el consiguiente perjuicio económico, además de deportivo, que pagará... ¿quién?... ¿Villar? ¿Grondona? ¿Blatter?... No señor, lo pagará Enrique Cerezo con "El oro de Moscú". Ojo, que nadie me interprete mal; lo pagará con "El oro de Moscú" y con "Juana la loca", "La herida luminosa" o "Pídele cuentas al Rey", que son algunas de las películas que ha producido.
Si, además de todo lo anteriormente expuesto, resulta que la federación alega en defensa propia que envió a sus técnicos a revisar el campo, y luego el portavoz de Villar tiene la cara de decirnos en "El Tirachinas" que el campo no estaba tan mal y que los periodistas estamos exagerando un poco, no me extraña en absoluto que a Cerezo se le quede cara de bobo. Tampoco veo que sea necesario haber pasado antes por el "John F. Kennedy Space Center" de Florida para saber distinguir entre un terreno de juego en buenas condiciones y otro que no lo está. La federación asegura que sus técnicos le dieron el o.k. al césped. Yo, simplemente, no me lo puedo creer. Y es lógico y natural que la gente del Atleti esté que lo fuma en pipa.
Habrá que estar al tanto, aunque no será por el misterioso Clemente Villaverde por quien tengamos información de los pasos que dará en el futuro su club. Hace algunos años, cuando un periodista llamaba al Atlético de Madrid para enterarse de algo, un mítico gerente de cuyo nombre sinceramente no me acuerdo, siempre respondía lo mismo: "no sé nada, pero no digas que te lo he dicho yo". Con Clemente sucede tres cuartos de lo mismo. A mí, Villaverde, plim, porque yo duermo en Pikolín.
Mensaje de Juan Manuel Rodríguez a los participantes del blog
Durante todos los lunes del año (desde el próximo lunes 16 de octubre) y a una hora fija (de 6 a 7 de la tarde) intervendré en el blog como un participante más. Responderé, discutiré y, si ello fuera necesario, me defenderé en tiempo real. Mi "nick" será el siguiente: jmrguez. Os espero a todos. Muchas gracias.