Supongo que a mí me llamará tanto la atención ver a Zinedine Yazid Zidane declarando ante el comité disciplinario de la FIFA como en su caso le llamaría la atención a un estudiante de Historia del Arte comprobar cómo un jurado examinaba a Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí Doménech con objeto de aprobar su ingreso en la Academia de Bellas Artes. Pero Zizou no ha reaccionado hoy como cuentan que sí lo hizo hace tiempo el genial pintor de Cadaqués. Preguntado el jovencísimo examinando por la obra del italiano Rafael Sanzio, uno de los grandes maestros del Cinquecento, éste respondió airadamente: "yo sé más sobre Rafael de lo que puedan saber ustedes en toda su vida". Dicho lo cual, dio un portazo y se fue.
El otro día Joseph Blatter se adelantó más de la cuenta al advertir que Zidane podría ser desposeído de su Balón de Oro, y hoy la FIFA ha llegado demasiado tarde pidiéndole al crack francés que, en vista de que ya no podrá cumplir los tres partidos de sanción que le han impuesto por golpear con la cabeza a Marco Materazzi puesto que se acaba de retirar del fútbol en activo, realice "trabajos humanitarios con niños y jóvenes". Zidane lleva muchísimo tiempo haciendo lo que hoy le pide la FIFA. Tarde otra vez, Sepp, demasiado tarde. Vuelves a estar más lento que el caballo del malo.
Me parece realmente ridícula toda la parafernalia que se ha montado en torno a Zidane, impidiéndole retirarse por la puerta grande que él mismo se construyó, organizando un circo mediático alrededor suyo, tomándole declaración como si se tratara de un delincuente vulgar y corriente. Gracias a Dios que, entre tanto desatino, los "fifos" evitaron que Zidane y Materazzi protagonizaran uno de esos inútiles careos. Si se trataba de los 4.840 euros, lo mejor para todos habría sido que se los hubieran embargado directamente de la cuenta corriente.