A Mbappé debió ficharlo el Real Madrid hace dos años y medio, cuando todos tuvimos la certeza absoluta de que aquel chaval que deslumbrara con sus galopadas en el Mónaco iba a ser uno de los futbolistas más importantes de la década. Pero hace dos años y medio el Real Madrid tenía a la BBC, a Benzema, a Bale y a Cristiano, el máximo goleador histórico del club, en plenitud. Hoy el Real Madrid tiene a la BB, la primera, la de Benzema, deslumbra como nunca lo ha hecho desde que llegara en 2009, y la segunda, la de Bale, anda mustia y quejumbrosa; Cristiano hace un año y medio que se fue. Así que el momento procesal más oportuno fue el de aquel mes de agosto del año 2017, y si Florentino Pérez hubiera sido el del año 2000 no me cabe la menor duda de que habría ido a por él con todo.
Aquel Mbappé de 18 añitos valía 180 millones de euros y anoche Josep Pedrerol dijo que el actual ya anda por un valor de mercado que rondaría los 350. Lo que frenó en 2017 a Florentino fue, en primer lugar, que la BBC andaba a tope y lo segundo que la irrupción en el vestuario de un crío que pretendía cobrar lo mismo, por ejemplo, que Sergio Ramos podría inquietar a algunas vacas sagradas, o sea al propio Sergio Ramos, que más que vaca es toro de lidia. Porque a Florentino arriba, como a Zidane abajo, siempre le ha preocupado mucho el statu quo, el estado de las cosas en un momento determinado, el conjunto de condiciones que prevalecen en un instante concreto, y el statu quo del Real Madrid era que quien más cobraba era Cristiano y, por detrás de él, Ramos.
Mbappé finaliza contrato el 30 de junio de 2022 y en cada uno de sus gestos los madridistas quieren (queremos) ver un acercamiento al Bernabéu. En el último en el que hemos querido percibir ese acercamiento ha sido en el desplante público que protagonizaron en pleno partido su entrenador, Tuchel, y él mismo. No me parece relevante que Mbappé no quiera hablar ahora mismo de su ampliación de contrato y nos remita al final de la temporada, sí me lo parece que el padre del jugador haya rechazado una oferta para pasar a cobrar 26 millones de euros netos por temporada y, por último, otra que le equipararía con Neymar, que cobra lo mismo que Cavani y el francés juntos. No parece que el Real Madrid pueda competir con el dinero del PSG, en lo que sí puede hacerse fuerte el club blanco es en su proyecto deportivo y en la certeza de que aquí, en la Liga española y vestido de blanco, Mbappé, que como anoche dijo Látigo Serrano sería el jugador franquicia del trece veces campeón continental, tendría más y mejores ocasiones para ganar títulos colectivos e individuales.
El Real Madrid puede hacer otra cosa, que es esperar hasta 2021. Pero si Florentino lo quiere ya y no está por la labor de pagar 350 kilos al club francés, es probable que tenga que incluir a otros futbolistas en la operación: en el Chiringuito dijeron que Leonardo está enamorado de Vinicius. Pues bien, ¿dónde reside exactamente el problema? Vini cayó de pie en el Bernabéu y, por ejemplo el otro día frente al Atleti, desatascó un partido que se ponía cuesta arriba; a la gente del Madrid le cae bien Vinicius, el chico es simpático, siempre sonríe, lo intenta y a veces le sale y otras no; Vini es un proyecto de buen futbolista, Mbappé es un crack mundial llamado a ocupar el sitio que dejen vacante Cristiano y Messi. Uno tiene que ser realmente muy obtuso para, en el caso de que la operación fuera tan simple como una cantidad de dinero y Vinicius por Mbappé, fiarlo todo al futuro cuando tienes en tu mano un presente ilusionante.
¿Y si Vinicius explotara en el PSG? Pues, en ese caso, enhorabuena a Vinicius, nos alegraríamos todos mucho por él. Pero, ¿realmente hay alguien en la sala que crea de verdad que Vinicius llegará a ser algún día el futbolista que es hoy Mbappé? Diría más, ¿hay alguien que crea que Vinicius llegará a ser algún día el jugador que es hoy Neymar? Y añadiría, ¿hay alguien que piense que Vinicius llegará a ser algún día el futbolista que es hoy Benzema? En 2017 la llegada de Mbappé la frenaron tres magníficos jugadores en plenitud de forma, la exigencia del chaval de jugar y, sobre todo, el statu quo. Si ahora la posible llegada de Mbappé la frena el que alguien en el club sueña con que Vinicius es el nuevo Pelé... en fin, mejor no pensarlo. Florentino debe aprovechar el enamoramiento de Leonardo. El Real Madrid tiene el dinero y tendrá la oportunidad, y si no la agarra con todas sus fuerzas volverá a arrepentirse. Como, por cierto, lo lleva haciendo desde hace dos años y medio.