No conviene que perdamos más tiempo: Euskal Herria es una fantasía utilizada por los proetarras. Da lo mismo que ayer se manifestaran mil, dos mil o tres mil personas por las calles de Bilbao (una minoría, en cualquier caso); yo mismo me manifesté absolutamente sólo el otro día en la Plaza Mayor de Madrid a favor de que Charlize Theron cenase una noche conmigo, he de reconocer que con suerte desigual. Y eso que la pancarta estaba bien clara: "Charlize Theron: una mujer, una cita, un desayuno en la cama". Pero nada, ni caso. Que el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero otorgase a una selección de Euskal Herria el rango de oficialidad sería tanto como que el Gobierno de Gordon Brown decidiese concederle carta de naturaleza a un combinado nacional de la Academia Hogwarts, ficción surgida, como bien saben todos los niños y todas las niñas del país, de la cabeza de la millonaria y además escritora J.K.Rowling.
Tanto da, pues, la manifestación en sí, el número de personas que la encabezaran, el recorrido empleado o la leyenda de la pancarta. Es sólo otra manifestación más. Y con idéntico resultado, por cierto, a la que yo protagonizara el otro día. Si no fuera porque el químico inane, ponedor y silente ocupa en la actualidad la secretaría de lo que nos queda de Estado para lo que nos queda de Deporte, estaría por asegurar que servidor tiene infinitas más posibilidades de quedar con Charlize Theron que Labaka de ver una selección oficial que no sea la nacional española. Sí es recomendable, sin embargo, que conozcamos de quienes se hicieron acompañar en su reclamación Garitano, Ansotegi, Garmendia, López Rekarte o el propio Labaka. Lo hicieron de miembros de Batasuna-ETA y de dirigentes de la desaparecida HB. Conviene que sepamos quienes somos nosotros y quienes son ellos.
La pena es que todo esto que yo escribo aquí desde hace tiempo no lo corrobore quien tiene la máxima responsabilidad del deporte en nuestro país. Ayer oí a Lissavetzky sacando pecho por los éxitos del año 2008, el mejor de la historia del deporte español. El químico se sirve de los triunfos de nuestros atletas, ajenos en cualquier caso a la Administración, con el único objeto de tomar impulso hacia el Consejo de Ministros y ocupar un lugar a la diestra de su amigo Alfredo y a la siniestra del compañero Miguel Angel. Pero, tal y como yo lo entiendo, un político no está para hacerse la foto o colocarle a la carrera a Samuel Sánchez el iPhone para que pueda felicitarle el presidente del Gobierno sino para poner las cosas en su sitio y decir lo que hay que decir, aunque, como es el caso, pueda resultar incómodo o peligroso. De Labaka espero que vaya del brazo de Tasio Erkizia. De un miembro destacado del Gobierno del Reino de España exijo que defienda nuestra dignidad y no que meta la cabeza bajo el ala.