Cuestión de perspectiva. Anda estos días reunida en Praga la asamblea general de la Unión Astronómica Internacional decidiendo si Plutón es o no es al final un planeta y, en caso de serlo, si el número de ellos pertenecientes al Sistema Solar, que es el nuestro, debería ser incrementado a doce, incluyendo en la lista a Ceres, Caronte y el objeto denominado 2003-UBS313, bautizado como Xena por su descubridor, Mike Brown, en honor a la princesa guerrera de la popular serie televisiva. La última vez que me preguntaron los planetas del Sistema Solar, en la EGB del antiguo plan de estudios, yo respondí que eran nueve: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y, por supuestísimo, Plutón. Mi respuesta, entonces, fue correcta puesto que me aprobaron. No dije nada de Ceres, ni mucho menos de Caronte. Y, si se me hubiera ocurrido contestar que los planetas del Sistema Solar eran diez, incluyendo al objeto 2003-UBS313, mi tutor habría llamado inmediatamente a capítulo a mis padres para decirles que necesitaba tratamiento psicológico. Hoy, setenta años después de aquella primera definición, los astrónomos, poseedores de la perspectiva que les ofrece el paso del tiempo, están decidiendo que los planetas no son nueve, como creían en principio, sino doce.
Creo que Raúl es nuestro Plutón y, al menos en mi caso, yo no puedo permitirme el lujo de que pasen otros setenta años para afirmar con rotundidad que es un "crack" y, desde luego, el futbolista español estadísticamente más importante de todos los tiempos. Está clarísimo que Raúl no es Pelé ni tampoco Maradona, pero mucho menos es ese pelagatos que se empeñan en retratarnos. De ser así, Raúl no habría cumplido ayer su partido número cien vistiendo la camiseta de la selección nacional española, ni hubiera sido tampoco imprescindible para cuatro seleccionadores diferentes a lo largo de los últimos diez años, ni habría marcado 44 goles convirtiéndose en el pichichi nacional. Es imposible que Raúl sea Mercurio o Venus porque juega con España, que jamás se ha comido un colín, pero con su club no puede ganar más títulos en menos tiempo. Siendo también, por cierto, fijo para al menos otros diez entrenadores diferentes.