No había vuelto a saber absolutamente nada del doctor Alfonso Cabeza desde que Akenatón ascendió a corregente de Amenhotep III. Cabeza, médico forense, ex director del hospital de La Paz y polémico tertuliano televisivo y radiofónico (llegó incluso a dirigir, según recuerdo, un programa en la Ser), sucedió en la presidencia del Atlético de Madrid a don Vicente Calderón, todo un señor y un caballero de la cabeza (y no precisamente la del apellido del vigésimo tercer presidente del club colchonero) a los pies. La presidencia de Alfonso Cabeza no se tradujo en nada práctico ni nada bueno para el Atleti y tal y como vino acabó marchándose por la puerta de atrás después de haber utilizado al club para forjarse una falsa imagen de nuevo James Dean y tras haberse pegado dos años asegurándonos a todos que tarde o temprano acabaría tirando de una manta imaginaria bajo la cual, al parecer, estaba escondido un gran montón de basura del que él, desafortunadamente para todos, no pudo aportar ni una sola prueba.
En definitiva, Alfonso Cabeza fue un presidente ridículo que hizo pasar vergüenza ajena a los buenos atléticos pero a cuyo demagógico carro hubo quienes no tuvieron demasiados reparos en subirse para hacerle el mayor daño posible al Real Madrid. Que conste en acta que estoy hablando de los años ochenta del siglo pasado y aún no estaba José Morinho en el banquillo merengue. Años más tarde, Jesús Gil repetiría exactamente la misma táctica que Cabeza aunque con mucho más dinero que el doctor, y de nuevo hubo entonces quienes se arrojaron sin miramientos en sus brazos para luego, casi al final, acabar renegando de él... hasta hoy. Antes decía que no había vuelto a saber nada de Alfonso Cabeza desde los tiempos de Akenatón, allá por el 1.300 A.C., pero hoy lo ha rescatado, y ni más ni menos que para la portada de su página web, el diario As. Más delgado y con más canas, el bubiercano Alfonso Cabeza Borque sigue diciendo exactamente las mismas chorradas que antaño. Las mismas.
Es curioso porque mientras el Real Madrid estuvo a diez puntos del Barça y con las posibilidades razonables de optar al título de Liga absolutamente agotadas, nadie llamó a Cabeza ni se interesó por él convirtiéndole en repentina actualidad. En junio, Simeone dijo algo muy similar a lo que hoy sugiere el ex forense, aquello de que la Liga estaba peligrosamente preparada para el Madrid, pero aquella frase se fue diluyendo como un azucarillo en un vaso de agua a medida que Barça y Atleti fueron metiendo distancia por medio. Hoy este protagonista de la historia más negra del Atlético de Madrid vuelve a la carga asegurando que la Liga la ganará el Real y que pasará algo extraño. Pero todo lo extraño que tenía que suceder en el fútbol español ya aconteció, y de golpe y porrazo además, cuando el 24 de julio de 1980 Alfonso Cabeza se convirtió en presidente del Atleti después de ser el único candidato capaz de reunir las firmas necesarias para llegar al cargo. Su repentina y sorprendente reaparición nos servirá, al menos, para recordar qué se puede hacer y qué no y también que no todo vale... ni siquiera en el fútbol.