Es cierto que el negocio del fútbol ha cambiado mucho, pero en realidad el juego no lo ha hecho tanto y sigue siendo simple y complejo a la vez; las botas de fútbol están fabricadas en piel para adaptarse perfectamente al pie, tienen una cámara Zoom Air en el talón para ser más cómodas y tacos circulares en la delantera y una placa que facilita la velocidad, aunque se sigue jugando por las bandas: con botas con la nueva tecnología Powerpulse regulable pero sin extremos, tienes muchas papeletas para salir del campo con la cabeza gacha; con botas con sistema de cambio de tacos X-Traxion y despreciando el juego por las bandas durante una hora larga contra una Juventus de Turín que te gana desde el minuto 5, lo tienes ciertamente peliagudo; con botas con sistema de ajuste AptoLast pero sin nadie capaz de abrir el campo o desbordar al contrario, jugando, y perdiendo desde el minuto 48 por 2-0, contra la Vecchia Signora en un repleto estadio Comunale de Turín, lo tienes imposible.
Schuster expresó en la víspera su clara desconfianza ante una Juventus en horas bajas y que no hacía más que enviarnos a todos mensajes con un claro contenido depresivo; pero, observando luego cómo salió a jugar el Madrid contra un equipo roto aunque con su orgullo intacto, dudo seriamente que la desconfianza mostrada por el alemán fuera real y no se tratara sólo de una pose, un brindis al sol, algo que tenía que decir porque es precisamente lo que los demás esperan que sea dicho ante un partido como ese. Del Piero golpeaba primero y el Madrid seguía pensando en Clos; Sissoko se adueñaba del centro del campo y Schuster aguardaba a que llegara el fallo de Heitinga, pero allí no estaba el amigo holandés sino Chiellini, el enemigo italiano. El partido llegaba al descanso con el 1-0 y un Van der Vaart muy activo y, nada más arrancar la segunda mitad, Amauri se apoyaba en Heinze para sorprender a Casillas. Con el agua al cuello, Schuster sacaba al campo a Robben. Estamos hablando del minuto 53.
La clasificación del Madrid para la siguiente fase no corre riesgo, lo que sí peligra es la imagen madridista por Europa. No es grave que el Real cayera ayer ante la Juve porque lo lleva haciendo los últimos 46 años, pero convendría que alguien fuera advirtiendo dosificadamente a los socios y aficionados de que este equipo no tiene en realidad demasiadas posibilidades de hacerse la foto con la décima Copa de Europa. En otra de sus frases sin contenido, Schuster dijo hace poco que iban a centrarse en la Champions: bonita forma tiene el alemán de centrarse, tirando a la basura una hora de partido y reaccionando cuando tienes el marcador imposible. No le creo tan tonto como para no darse cuenta de que a este equipo no le llega con el solitario fichaje de Van der Vaart, un buen futbolista por cierto. Volverá a estar arriba en la Liga porque aquí el Madrid mete miedo, pero Europa tiene otras exigencias distintas: allí no vale sólo con lucir el último modelo de botas de piel de canguro sino que resulta imprescindible morir con ellas puestas. Justo lo que hizo anoche la Juventus de Turín, enterrada antes de tiempo en Italia y resucitada a los ojos del mundo por el Real Madrid.