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El penúltimo raulista vivo

No me chilléis con Vinicius, que yo no le veo

Vinicius celebra su gol al Real Valladolid en el Di Stéfano. | <span>EFE</span>

Hay una película de enredo de finales de los años 80 dirigida por Arthur Hiller que se llama No me chilles, que no te veo, interpretada por Richard Pryor y Gene Wilder en la que uno es ciego y el otro es sordo y, de repente, son acusados falsamente del asesinato de un hombre delante de su kiosco de prensa. De modo que, para salir del apuro, Wally, que es el ciego, tiene que prestar sus oídos a Dave, que es el sordo, y Dave tiene que ver por Wally. Me venía a la memoria esta película porque a mí me pasa con Vinicius algo muy similar, que me chillan que es buenísimo, que me chillan que tiene algo diferente, que me chillan que es distinto, y yo, qué queréis que os diga, no lo veo. No veo que Vinicius sea ese superclase que me quieren vender. A mí me parece que, si le respetan las lesiones, Vinicius va a ser futbolista profesional durante muchos años, tiene una larguísima carrera por delante pero dudo mucho que vaya a ser en el Real Madrid. Y ojalá me equivoque porque el chaval lo intenta, trata de mejorar, se nota que está muy cómodo en el Madrid... pero no me chilléis porque no lo veo.

Me parece que Vinicius es el mascarón de proa de un nuevo plan de fichajes que inició en su día el club blanco, uno que ya dio resultados antes con Casemiro, que hoy es titular indiscutible, y empieza a dar réditos también con Odegaard. Había, y por lo que leo aún hay, muchas esperanzas depositadas en él porque se le estaba siguiendo desde hacía mucho tiempo y se pagaron 45 millones de euros cuando aún era un crío. Nadie, salvo probablemente Juni Calafat, que es quien exploró el mercado brasileño hasta dar con este chico, desearía más que yo que Vinicius explotara, pero no lo veo, me chilláis y no acabo de verlo. Pero que yo lo vea o no lo vea es ciertamente poco relevante para el caso pero es que me parece que Zidane tampoco lo ve. ¿Qué tiene Vinicius que no tenga el resto? ¿Qué le convierte en un futbolista diferente? Evidentemente su punta de velocidad. Vinicius es muy rápido, es una gacela, cuando esprinta no hay quien le pille la matrícula pero, tres años después de su debut con el Castilla, sigue teniendo exactamente los mismos tics que cuando vino. Esprinta, encara una y otra vez, si sale del regate se va hasta la línea de fondo pero ahí tiene evidentes problemas para poner el balón bien y si, como ayer ante el Valladolid cuando faltaba un minuto para el final del encuentro, consigue quedarse solo delante del portero rival... sigue sin saber definir. Casi siempre elige mal, si tiene dos opciones escoge la peor, si tiene tres simplemente se aturulla. Es desconcertante. Y Vinicius ya no tiene 17 años, ni 18, ni 19, ya tiene 20. Al principio nos decían que, al venir del fútbol brasileño, el jugador estaba poco trabajado tácticamente, que era atrabiliario sobre el campo, extravagante, que carecía de la mínima disciplina exigible a un jugador que quiere triunfar en el fútbol europeo. Pero es que, tres años más tarde, Vinicius sigue más o menos igual.

Hoy leía en Marca un titular que decía "Normal que casi nadie en el Madrid entienda lo de Zidane con Vinicius". Yo lo entiendo. Con Vinicius en concreto sí lo entiendo. A lo mejor con Mariano no, puede que con Jovic tampoco, pero con Vinicius (y por supuesto con Rodrygo) sí entiendo a Zidane. Yo comprendo que, como táctica empresarial, en el club quieran transmitir la idea de que Vinicius va para crack, entiendo que desde el Real Madrid se filtre que al antrenador no le entienden porque no le pone más, pero a mí me chilláis y yo, qué queréis que os diga, sigo sin verlo. Es probable que, a la espera de que llegue un auténtico crack, que será Mbappé, y a que se resuelva el problema del que sí está aquí, que es Hazard, haya que soñar con que el Real Madrid encontró la piedra filosofal con Vinicius, quien, además y por si fuera poco, marcó ayer el gol que le dio la victoria y los tres puntos. También cabe la posibilidad de que el fútbol del Real Madrid sea tan absolutamente plano, tan medioce y tan aburrido, que haya que vender que en el banquillo hay un chico esperando a hacer auténticas diabluras sobre el campo. No lo veo. Sinceramente. No lo veo. Y no es cuestión de la edad porque a Ansu Fati, que es más joven, si no le ves te abre los ojos a fuerza de goles, regates y pases. Salvo sorpresa mayúscula antes del próximo día 5, con eso tendrá que tirar Zidane, con Vinicius Júnior. Ojalá el ciego futbolítico sea yo, que tampoco sería de extrañar. Pero, hoy por hoy, no lo veo por mucho que me chilléis. No lo veo.

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