El Real Madrid dio medio paso atrás en Pamplona (a casi nadie le pareció significativo el empate ante Osasuna, a mí sí) y ayer uno entero en San Mamés, dejando escapar por el desaguadero de la Liga 5 puntos que a buen seguro serán determinantes en el mes de mayo. El caso es que el equipo de Ronaldo, Kaka y Benzema, el de los doscientos millones de euros de inversión, empata o pierde allí donde, sin tener que irnos mucho más lejos, se ganó la temporada anterior. Y yo entiendo perfectamente que se me diga que el dinero no gana Ligas o que Ronaldo y Kaka no tienen la culpa de que se pagara por ellos 96 y 65 millones de euros respectivamente, pero en junio se prometió una "superproducción", una especie de Avatar futbolístico que sería imprescindible ir a contemplar con gafas especiales para 3D al estadio Santiago Bernabéu, y ni 3 ni D ni nada de nada. O, para ser justo, nada de nada en comparación con lo que se prometió. Vertical también era Rincón y no costó tanta pasta.
Quiero decir con todo esto que el Madrid ya fue subcampeón de la pasada temporada. No hace falta tanto esfuerzo para acabar segundo en un campeonato como el nuestro en el que hay tantas distancias presupuestarias y, por lo tanto, deportivas. Juande fue segundo. Pero como para el Madrid tiene el mismo valor práctico acabar segundo como para mí lo tendría que a alguien se le ocurriera designarme hijo predilecto de Brazatortas, con todos los respetos para este lindísimo municipio de la no menos bella provincia de Ciudad Real, fue por lo que Florentino Pérez trajo lo que trajo tanto para arriba como para abajo. Y ayer, después de un 1-0 que no se creían ni el santo ni los leones, Valdano ya no hablaba de Pandora sino de que había que "remar". ¿Remar?... El Almería tiene que remar. El Racing tiene que remar. El Tenerife tiene que remar... ¡Este Real Madrid tiene la obligación de bordar el fútbol!
El partido, eso sí, fue emocionante. Es lo que tiene encajar un gol en el minuto 2. Justo antes, en el minuto 1, Toquero se había quedado más sólo que la una delante de Casillas. Y en el 2, a la salida de un córner, Llorente cabeceó más sólo aún que Toquero. A nadie sorprendió el juego del Athlétic. Lleva jugando así los últimos 100 años. De acuerdo que el equipo de Caparrós está plagado de figuras de talla internacional, pero si a alguien había que sujetar a la salida de un córner era precisamente al autor del gol. Pues no. Después sí, después llegaron las ocasiones de Benzema, Ronaldo, Kaká, Alonso, Guti, Raúl... Y cuando quedaba un cuarto de hora y las momias de Ptolomeo I y su ayudante Pepy II despertaron del letargo justo para darse cuenta de que el 16 de enero de 2010 tampoco aterrizarían en Pandora, entonces el Madrid se puso a jugar como el Athletic y el Athletic simplemente dejó que transcurriera el tiempo. Dice Ptolomeo, porque Pepy nunca habla, que sólo hubo un equipo sobre el campo. Puede ser, no lo discuto. Pero ese equipo que tendría que luchar con el Barcelona por la Liga perdió mientras que la banda se quedó con los 3 puntos. Habrá que seguir remando al viento mientras llega Avatar. Se hacen de rogar los Omaticaya.