De algo hay que hablar. Lo que un sector de la prensa deportiva le critica abiertamente a Vicente del Bosque es que haya decidido llevarse a Valdés al Mundial a última hora, por sorpresa y casi, casi de tapadillo, quién sabe si cediendo a la presión ejercida desde la ciudad de los prodigios de mi admirado Eduardo Mendoza. Así las cosas, la convocatoria de estos tres porteros habría sido autonómicamente impecable, políticamente correcta pero deportivamente molesta... ¿Para quién? ¿Y por qué si Valdés está de largo entre los tres mejores guardametas de España?... Esgrimen en defensa de esta opinión, y he de reconocer que no carece de cierto tino dicha argumentación, que el portero del Barcelona estaba tan pletórico en mayo de 2009 como pudiera estarlo un año más tarde y que, pese a ello, nuestro seleccionador no contó nunca con el culé dejando así meridianamente claro que Casillas era titularísimo para él. Siguiendo el hilo de la reflexión, que ahora trataré de explicar por qué no me parece baladí, se defiende la teoría de que el peor momento para llevar a Valdés es precisamente un Mundial o una Eurocopa puesto que mete presión de repente al capitán español, quien sabe si provocando fallos como el del otro día contra Arabia.
Me parecen normales y sanos todos y cada uno de los debates. Es más, la polémica resulta consustancial al fútbol. En lo que a mí respecta, por ejemplo, el debate de la no convocatoria de Raúl para la Eurocopa se cerró totalmente en falso, pero como luego España ganó brillantemente el título los luisistas decidieron echarnos sacos y más sacos de tierra encima a quienes defendíamos, y aún hoy continuamos defendiendo, que Luis dejó en casa al 7 por motivos que nada tenían que ver con lo estrictamente futbolístico, y que se negó a explicarlos, dando posteriormente orígen a bulos de tasca de bar a las cinco de la madrugada. Con objeto supongo de defender estas críticas a Del Bosque, un reconocido luisista, amigo de quien les habla y residente en Madrid, me afeaba el otro día las mías a Aragonés, para espetarme a continuación lo siguiente con una gravedad que para sí hubiera querido la mismísima Xirgu: "¡aunque te las tuviste que tragar!"... Le faltó lo de "¡a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre!"... Bis, bis, bis. Pero yo estoy mal enterrado en ese asunto de Raúl y la Eurocopa.
No creo que nadie se tenga que tragar sus críticas absolutamente por nada, ni pienso que a Del Bosque le vaya a inquietar lo más mínimo que se polemice con la portería, pero sí denoto cierto ánimo de revancha, un extraño y perverso deleite ante la idea de que al seleccionador acabe pillándole el toro en la plaza del Mundial. Es posible que se haya cometido con Valdés la tremenda injusticia de no haberle llevado mucho antes, incluso es razonable pensar que una convocatoria a última hora puede despertar recelos en Iker y Pepe, pero Vicente habría cometido con Víctor la misma tropelía que Luis cometió con Raúl si no le hubiera llevado por motivos extradeportivos. De paso y como quien no quiere la cosa, aquellos que sólo ven en el portero barcelonista una dura competencia para Casillas están ninguneando a Reina, dando a entender que el jugador del Liverpool está ahí para agarrar el micrófono en las celebraciones y gritar "¡camarero, una de mero!"... Del Bosque llega a Sudáfrica con unos números inmejorables, inmaculados, la envidia de todo el mundo. Pero ya pudimos ver en la Copa Confederaciones lo que el luisismo es capaz de hacer. Y auguro que si no ganamos el Mundial lo veremos más de cerca. Paciencia, Vicente, mucha paciencia. No dejes que se cuelen en el Nostromo.