El penúltimo raulista vivo
Negreira: El elefante sigue en la habitación
El elefante sigue en la habitación. Lo noté anoche, en El Chiringuito, cuando le pregunté a Raúl Martín Presa, presidente del Rayo Vallecano, qué creía él que habría pasado si cualquier otro club que no hubiera sido el Fútbol Club Barcelona le hubiera pagado 8’4 millones al vicepresidente de los árbitros durante 17 años. El elefante estaba ahí. Ocho toneladas de peso en el plató. Tres metros de alto por siete de largo. El mamífero más grande de la tierra. Pero, en vez de decir "¡qué elefante tan enorme hay aquí!", Presa prefirió rodearlo y lo esquivó con una larga cambiada: "La Liga no tiene competencia en el asunto arbitral". Ya, ya, presidente Presa, ya sé que es la federación la que controla el tema arbitral, pero, ¿qué le pareció a usted? Si en lugar del Barcelona hubiera sido el Rayo el que pagara al vicepresidente de los árbitros, ¿se habría producido ya alguna sanción deportiva? ¿Y estarían los clubes, con algunas excepciones, mirando descaradamente hacia otro lado? Porque el elefante sigue ahí, en mitad de la habitación, y por mucho que haya quien quiera obviarlo, cuando ese animal barrita no hay humano que pueda decir que no lo ha escuchado. Es imposible no hacerlo.
La salida por peteneras de Presa me recordó a la de Villar con Pedrerol.
Pregunta: "¿Le falló Negreira?"
Respuesta: "Mire, como es un tema que está hoy en un procedimiento penal, ¿por qué no dejamos de hablar?"
Pregunta: "Porque lo que está demostrado es que el vicepresidente arbitral cobró, y eso no hay que juzgarlo"
Respuesta: "Yo le nombré pero sin saber que cobraba del Fútbol Club Barcelona porque, si no, no le hubiésemos nombrado. ¿O es que usted cree que yo, como presidente de la federación, voy a nombrar a un señor vicepresidente de los árbitros cuando cobra del Barcelona? ¿Lo cree usted?"
Pregunta: "Porque, ¿qué le parece eso?"
Respuesta: "Que no está bien. Pero todo eso está sub judice"
O sea, como el elefante está sub judice… dejemos de hablar del elefante. Es curioso porque Villar dice que está en un procedimiento penal y hay que dejar de hablar del asunto, Pedrerol le recuerda que está demostrado que Negreira cobró y eso no hay que juzgarlo y es entonces cuando Villar reconoce que él nombró a Negreira pero sin saber que estaba cobrando del Barcelona: ¿Usted cree que yo voy a nombrar vicepresidente de los árbitros a alguien sabiendo que cobra del Barcelona?... Pues el periodista y columnista del ABC Salvador Sostres asegura tener respuesta para esa pregunta retórica que el otro día le lanzó Villar a Pedrerol: ¿Usted cree que yo habría nombrado…? Sostres sí lo cree. Es más, Salvador Sostres, que es un gran conocedor del universo culé, sostiene textualmente lo siguiente: "El que propone el pago, el que propone a Negreira como vehiculador de la amabilidad que quiere tener el Barça con la federación es Villar, y Villar lo que quiere es mantenerse en el poder y, entre otras cosas, le hace falta llevarse bien con los árbitros". Eso lo dice Sostres, no yo. Yo no lo digo porque carezco de pruebas, pero él parece muy seguro de esto.
"Yo no sé lo que es el Villarato", le dice Ángel María Villar a Josep en otro momento de la entrevista. Pues yo sí lo sé. El único club que apoyó a Villar en contra de Gerardo González fue, ¡qué casualidad!, el Fútbol Club Barcelona. Y luego, según Sostres, Villar sugirió a Laporta que debía llevarse bien con el estamento arbitral. Ellos lo llaman pagar por neutralidad pero su nombre es otro. Alfonso Godall, ex vicepresidente del Barça con Laporta, lo llamó en su día "saldo arbitral favorable". Yo, para no tener problemas judiciales, lo llamo elefante. Y está en el centro de la habitación. Y por supuesto que es incómodo y molesta y sus ronquidos no nos dejan descansar por la noche. Y claro que huele mal porque se acumula la basura. Pero está ahí, y esquivarlo con respuestas como "el tema arbitral es de la federación" no va a hacer que desaparezca, no señor, no lo va a hacer. Bien al contrario lo va a hacer crecer. Y va a ir elevando los epítetos que, desde fuera del Barça, se aplique a la Liga de todos y no sólo de los culés. "Mugrienta", la llamó Jesús Alcaide el otro día en Real Madrid Televisión. Dijo exactamente "mugrienta Liga Negreira". Y tiene razón en que algo de sucio, grasiento o pringoso tiene una competición en la que casi todos sus participantes miran hacia otro lado cuando por su lado pasa un elefante de ocho toneladas.
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