Otra de las virtudes que adornan a esa excepcional persona y ese tenista maravilloso que se llama Rafa y se apellida Nadal es que siempre suele responder a todo lo que se le pregunta. Ayer, sin ir más lejos, después de merendarse a Querrey, a Rafa le preguntaron por Paul Pogba y por los 180 millones de euros de los que no parecía que estuviera dispuesto a apearse el United por él, y el mejor deportista español de todos los tiempos dijo que él no quería algo que creía que era exagerado en términos de dinero. El debate es interesante: ¿Debe un club como el Real Madrid, que opta siempre a todos los títulos y al que quedar segundo no le sirve absolutamente para nada, formar parte del circo del fútbol mundial o debe independizarse? Quiero decir, ¿tendría que ser el Real Madrid, que es indiscutiblemente el club deportivo más importante del mundo, el que liderara la estampida, el pinchazo de la burbuja?
Lo primero que quiero decir sobre lo que dijo ayer mi admirado Nadal es que si a él nunca le ha gustado algo exagerado en términos económicos, no debió gustarle tampoco que el Madrid fichara a Figo, a Zidane, a Cristiano, a Bale, a James o, ahora, a Hazard. El asunto, tal y como yo lo veo, no es lo que cueste una estrella sino lo que cuestan los que no lo son. Cristiano, por ejemplo, costó cien millones de euros, pero en 2010 ya era un futbolista amortizado porque retornó todo ese dinero para el club. Coutinho, que costó 160, no ha tenido en el Barcelona el comportamiento estelar que de él se esperaba y se va a perder mucho dinero con él. Sergio Ramos, por poner otro ejemplo, costó 30 millones de euros en el año 2005 y, entonces, hace casi catorce años, todo el mundo se llevó las manos a la cabeza; visto con la perspectiva del tiempo, Ramos resultó muy barato en 2005.
El Real Madrid contribuyó a que el precio de los futbolistas se disparase, otra cosa bien distinta es que ahora aparente timidez. Florentino Pérez hizo añicos el mercado con el fichaje de Luis Figo y más tarde con el de Zinedine Zidane y no creo que ningún madridista piense en 2019 que aquellos fichajes fueron caros. Caro fue Walter Samuel. Caro fue Woodgate. Caros fueron Pablo García, Illarramendi y Danilo. Figo y Zidane fueron baratos. De modo que el Real Madrid debería elegir entre alejarse del mundanal ruido, esperar a que surja de la cantera otra generación maravillosa de jugadores como la Quinta del Buitre, o sea convertirse en el Ajax, y observar cuánto tiempo tarda en estallar la burbuja del fútbol. Pero, ¿el Real Madrid tiene ese tiempo? ¿Puede esperar tanto como el Ajax? ¿Una afición que está dispuesta a prender fuego al Bernabéu tras un año malo y después de ganar tres Champions seguidas y cuatro en cinco años esperaría paciente a que de la cantera surgieran otros cuatro Butragueño, Michel, Sanchis y Martín Vázquez? La respuesta, y lo sabe Nadal, es que no.
Pogba es caro en apariencia, y me explico. Aparentemente pagar 180 millones de euros por Paul Pogba en 2019 es un dispendio y, aún así, no sería de ningún modo el futbolista más caro de la historia. Kylian Mbappé, un crío de 18 años, le costó al PSG 180 millones de euros en 2017 y el Atlético de Madrid acaba de pagar otros 127 millones por un niño como Joao Félix: ¿Pagaría hoy el Real Madrid, dos años después, 180 millones por Mbappé? Yo creo que lo haría sin pensarlo ni medio segundo. ¿Si no paga ahora 180 millones de euros por Pogba se arrepentirá en el futuro? Ese es el quid de la cuestión. El ganador de la actual edición de Wimbledon, que ojalá sea Rafa Nadal, se embolsará 2.350.000 libras, o sea 2.629.000 euros. ¿Es mucho? Es lo que es. Y si Wimbledon paga eso a los tenistas es porque indudablemente lo genera y además con creces. Los tiempos del amateurismo pasaron.
El mítico Bobby Jones nunca fue profesional porque siempre consideró el golf como un placer y no como un empleo, pero Bobby Jones hubo uno, con él se rompió el molde. Si el Real Madrid no paga los 180 millones de euros que piden ahora mismo por Paul Pogba es posible que no se arrepienta jamás, pero a lo mejor quien sí se arrepiente es Zidane, que es el que está empeñado en su fichaje. Claro que siempre le quedará a Florentino la posibilidad, yo creo que remota, de esperar pacientemente a que el United rebaje sus pretensiones hasta, pongamos por caso, los 80 millones de euros. También es posible que la Juve pague 130 y se quede con él. Si el Madrid acaba fichando a Pogba y, con él, gana otras tres Champions seguidas, el centrocampista francés habrá sido tan sumamente barato como ha acabado siéndolo, por ejemplo, Gareth Bale. Todo esto sea dicho, por supuesto, con todos los respetos del mundo, querido Nadal.