La convocatoria del escurialense Munir El Haddadi Mohamed es la penúltima (porque a buen seguro se producirán más) astracanada del seleccionador nacional de fútbol, Vicente del Bosque, quien según parece ha decidido pasar del inmovilismo más cobarde y bienqueda mostrado en la convocatoria para el Mundial de Brasil a una revolución tan revolucionaria que es incluso capaz de dejar con la boca abierta a sus propios protagonistas. Porque Munir, a quien se conoce por el gran público desde hace poco más de un mes, se quedó perplejo, atónito, casi sin habla, como nos quedamos todos, tras conocer que sería él quien sustituiría al lesionado e incomprendido Diego Costa en la lista para el partido de clasificación de la Eurocopa de 2016 que España disputará pasado mañana contra Macedonia.
La convocatoria de este chaval, que acababa de asomar por primera vez la cabecita por la selección sub 21 de Albert Celades y que, del tirón, pasa sin solución de continuidad a la absoluta, no tiene ningún sentido se mire por donde se mire. En primer lugar supone una falta de respeto total hacia otros jugadores más veteranos (como por ejemplo el propio Llorente) que ya se quedaron injustamente fuera de la lista para Brasil. Supongo que Munir debutará el lunes porque, si no, ¿a santo de qué quitárselo a Celades?... E imagino que si Munir debuta ante Macedonia no será por su recién descubierta calidad futbolística sino para cerrar las puertas a una posible llamada de Marruecos. Pero si Del Bosque pretendía asegurarse para España a un jugador de futuro, ¿por qué no convocarle desde el principio con la selección absoluta? ¿Y si Costa no se hubiera lesionado?...
Vicente del Bosque se encuentra claramente inmerso en ese estado terminal perfectamente diagnosticado en los libros al que tarde o temprano acaban llegando todos aquellos entrenadores que se creen por encima del bien y del mal. El chico, claro, no tiene ninguna culpa y a estas horas seguirá dando palmas con las orejas, y hará bien en disfrutar cuanto pueda de estos días de gloria. Y el partido contra la modestísima selección de Macedonia es tan oficial como irrelevante puesto que resulta materialmente imposible que España no obtenga la victoria. Pero con esta convocatoria Del Bosque consigue un doble y negativo efecto: faltar al respeto a jugadores consagrados y echarle encima a Munir una presión innecesaria. El seleccionador nacional se ha convertido en un kamikaze. Ojalá no hunda al chico a las primeras de cambio.