Zidane acabó el sábado con cualquier debate falsario sobre el pasillo, que no paseíllo, que eso es otra cosa, al Barça en Liga si el partido del Camp Nou entre ambos coincide con la celebración del titulo culé, que llegará tarde o temprano. "No haremos pasillo", dijo el técnico francés, "y el responsable de esta decisión soy yo". Se acabó. Lo único que yo habría añadido es "no haremos pasillo al Barça porque así lo pidió su entrenador, Ernesto Valverde, cuando, para justificar que el Barça no se lo hiciera al Real Madrid tras la consecución del Mundial de clubes, éste dijo que ni él lo haría ni le gustaría que se lo hicieran". No hay más que hablar, Ernesto, tus deseos son órdenes para el club blanco y más aún para su entrenador: no habrá pasillo y si, como anoche reclamaba algún aficionado culé en El Chiringuito, lo que quieren es paseíllo, ésta opción sí podría estudiarse: paseíllo merengue por el Camp Nou con las 33 Ligas y las 12 Copas de Europa.
¿Señorío? Señorío es no hacer añicos la cadena del fair play, eso es el señorío. Hacerle el pasillo a un club que, en idénticas circunstancias, se negó a hacértelo a ti hace menos de 4 meses alegando a chorradas como que el Barça sólo hace el pasillo en aquellas competiciones en las que participa, no es señorío, no, es masoquismo puro y duro. Y ya está bien de poner la otra mejilla. El pasillo, además, ha perdido toda su esencia y lo que quiere la gente de alrededor no es que se reconozca al campeón sino humillar y vejar al que no lo ha sido. Si los culés quieren un pasillo, que se lo encarguen a ACS, que Florentino Pérez les hará pasillo, cocina, cuartos de baño, salón comedor e incluso sala de billar, y a muy buen precio. Muerto el pasillo, se acabó la rabia.
Es como lo de Thomas, que al final de un derbi en el que han dejado de pitarle al Real Madrid dos penaltis a favor y el árbitro ha concedido el gol del empate de Griezmann en fuera de juego, va y dice que en el Bernabéu siempre pasan cosas raras porque a Vitolo le han señalado un fuera de juego inexistente cuando arrancaba desde la mitad del campo propia. Ocasión clara de gol, estimado Thomas, no es la de Vitolo, que vaya usted a saber si la pasaría bien o mal o el balón lo interceptaría alguno de los tres defensas merengues que estaban defendiendo el proyecto de jugada de ataque; ocasión clara de gol es un penalti no pitado y luego otro; ocasión clara de gol es un gol... en fuera de juego. Partey llegó de Ghana hace 5 años y en ese intensísimo periplo por el filial colchonero, el Mallorca y el Almería, ya ha tenido tiempo de saber qué pasa en el Bernabéu. En el Bernabéu, Thomas, pasa que al Madrid le atracan un domingo sí y al siguiente también, aunque sea fuera del Bernabéu, eso es lo que pasa. O sea, en el Bernabéu pasa que al Madrid le atracan como ayer ante el Atleti, lo que pasa es que los jugadores del Madrid callan y tú rajas.