Juan Manuel López y el padre de Álvaro Morata volvieron a hacer ayer el paseíllo del Bernabéu: entrada por la puerta principal sin realizar declaraciones, reunión con José Ángel Sánchez para transmitirle al director general plenipotenciario la intención del chico de salir para tener más minutos, idéntica respuesta de J.A.S. ("pedimos tanto...") y salida de Juan Manuel López y del padre de Álvaro Morata por la puerta principal sin realizar declaraciones. O sea, lo que hacen en el fondo los dos representantes de Morata (el consanguíneo y el otro, el futbolístico) no es otra cosa que un "posado-robado-pactado" con la única intención de transmitir a los medios de comunicación, con los que no hablan pero que sí sacan su imagen en los Informativos, que el chaval sigue insistiendo en marcharse del Real Madrid.
Pero ya lo dice el refrán, "no por mucho madrugar amanece más temprano". Y, en el caso que nos ocupa, no por mucho insistir en que se quiere marchar va a llegar la autorización del club blanco para vender. Parece que, forzando mucho la máquina de los euros, el United está dispuesto a llegar a los 73 millones mientras que, rebajando mucho sus expectativas, el Real Madrid estaría dispuesto a vender por 85. El verano, como nos dijo hace una semana Florentino Pérez en El Primer Palo, es muy largo, pero el United vuelve al trabajo la semana que viene y José Mourinho querría tener a toda la plantilla a su disposición para entonces. Para que nos entendamos: esta final de la Supercopa de Europa la va ganando el Madrid por 2-0 y faltan 5 minutos para el final del partido.
A Morata le han calentado la cabeza entre unos y otros. Su familia, y está en su derecho, creerá que Álvaro es el nuevo Van Basten. Su representante, y está en su obligación, querrá mover al chaval para ganar más dinero y que el chico pueda jugar más. Su prensa le ha convencido de que es mejor que Benzema. Y su Mourinho le ha seducido con una titularidad que ni él ni nadie puede garantizar. Si la operación acaba llegando a buen puerto, y yo espero que así sea porque abriría la puerta a Mbappé, será muy interesante comprobar cómo le gana Morata la partida a Rashford, que tiene 5 años menos que Álvaro y, en mi opinión, también más calidad. Lo que dice el Real Madrid, que no es un club vendedor, es lo siguiente: si pagaron 120 millones por Pogba y 80 por Martial, tienen que pagar 90 por Morata. O, como diría Rod Tidwell, "enséñame la pasta".