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Monchi: gana la tribu, pierde el sentido común

Setenta y dos horas después, Monchi sigue sin pedir perdón. En una maravillosa escena de una película excepcional, El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, Pablo Sandoval le dice a Benjamín Espósito, a quien da vida en la gran pantalla Ricardo Darín, que un tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios, pero que hay una cosa que no puede cambiar, de pasión. El director deportivo del Sevilla se escuda en su pasión, que es su equipo, para justificar una frase que de ningún modo tiene justificación; entonces el presidente del Sevilla blinda a su director deportivo escondiendo su falacia porque ambos comparten la misma pasión y, por último, los sevillistas reverencian a Monchi y lo elevan a los altares de la nueva religión porque todos comparten eso, idéntica pasión. No puedo afirmarlo pero creo que hoy, y con motivo del partido de Copa contra el Levante, la afición tenía previsto tributar un homenaje a su director deportivo porque el sábado dijo una mamarrachada y por haberse ratificado en ella veinticuatro horas después... en nombre de eso mismo, de una pasión, de su pasión por el Sevilla. Así que si de algo no estamos hablando es de fútbol ni de reglamentos ni de si estuvo bien o mal anulado el primero o si debió subir al marcador el segundo o de la actuación arbitral sino de puro y duro fanatismo.

Ayer un artículo mío publicado en Marca a mediodía y el posterior comentario que hice en El Primer Palo por la noche provocaron por las redes sociales un aluvión de insultos, cuando no directamente de amenazas, hacia mi persona. Este lunes fueron las de los sevillistas pero, a lo largo de más de treinta años de profesión, en otras ocasiones han sido las de culés, valencianistas, atléticos o, y aunque ello pueda parecerle imposible a alguien, también las de los madridistas. Látigo Serrano empleó anoche un término, el de tribu, que al principio tuve la tentación de afearle pero que luego, pensándolo bien, llegué a la conclusión de que era el más ajustado al asunto que estamos tratando: en el fútbol, y siempre en líneas generales, no hay aficiones sino tribus. Como en Apocalypto, la película del gran Mel Gibson, sólo que cinco siglos atrás. Es curioso porque quienes me pedían respeto para Monchi, que acababa de faltar gravemente al respeto al Real Madrid y a los madridistas, lo hacían advirtiéndome de que no pusiera un pie en su ciudad, Sevilla, que por cierto también es mía, o, escondidos entre la maleza del anonimato, se dedicaban a insultar a diestro y siniesto pensando que algo de lo que ellos hicieran o dejaran de hacer iba a cambiar mi opinión sobre las cosas.

Y mi opinión sobre esta cosa en concreto es que no merece mi respeto quien, después de tres días de reflexión, continúa escondiéndose para no pedir perdón. Yo creo que Monchi sabe que se equivocó, quiero pensarlo así porque el director deportivo del Sevilla siempre me ha caído muy bien y me parece que hace un trabajo sensacional, pero que en el fondo le tiene mucho miedo a la tribu, a su tribu en concreto, a la tribu del Sevilla. De ahí que se esconda detrás de su pasión, que no puede justificarlo todo o que probablemente no justifique nunca nada. En realidad tampoco hemos evolucionado tanto desde el Imperio Romano, lo que hemos hecho ha sido sustituir a los gladiadores por los futbolistas, a Marcus Atilius por Cristiano, a Carpóforo por Messi y a Flamma por Mbappé. Vamos los domingos al circo, aplaudimos o abucheamos, levantamos o bajamos el pulgar y nos da lo mismo la verdad mientras acabe ganando el nuestro. Y todo lo damos por bien empleado en aras de esa pasión que en El secreto de sus ojos Pablo Sandoval le dice a Benjamin Espósito que nadie puede cambiar. Habría sido emocionante y edificante que Monchi, que es un ejecutivo relevante del fútbol español, un hombre inteligente y con una bien ganada reputación profesional, hubiera rectificado una frase malsonante y que no está a su altura, pero no lo ha hecho. Y no lo ha hecho porque, en el fondo, tiene miedo a que su tribu pueda interpretar que es un blando, un sevillista light. Lo siento por él, es frustrante resulta decepcionante y, al menos para mí, el tema se acaba también aquí. Gana la tribu, pierde el sentido común. Otra vez será, Monchi.

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comentarios
1 panyvino, día

Mil veces he iniciado sesión para poder entrar a la no sé cuántas. Eso por un lado.
Otro, no sé si podré ver este comentario, pues hasta ahora lo he visto, pero después ya no he podido escribir más, apareciendo en el blog que sólo había TRES comentarios y no aparecía ninguno más. Hoy no sé qué ocurrirá, si se podrá ver, si se podrá leer, si se podrá volver a escribir como antaño o si esto definitivamente no hay manera de arreglarlo.
Así, que si se publica y no puede verse, saludo a todos los habituales del blog, y si no nos volvemos a ver, pues hasta siempre, que esto tiene muy mala pinta, como España; cada vez peor e imposible.
¡HASTA SIEMPRE!

2 portega, día

Una pena que ya no se pueda comentar.
Bueno, se puede escribir, pero luego no aparece reflejado.
Supongo que eso será lo que quiere los administradores de esta página.

3 panyvino, día

Mil veces he iniciado sesión para poder entrar a la no sé cuántas. Eso por un lado.
Otro, no sé si podré ver este comentario, pues hasta ahora lo he visto, pero después ya no he podido escribir más, apareciendo en el blog que sólo había TRES comentarios y no aparecía ninguno más. Hoy no sé qué ocurrirá, si se podrá ver, si se podrá leer, si se podrá volver a escribir como antaño o si esto definitivamente no hay manera de arreglarlo.
Así, que si se publica y no puede verse, saludo a todos los habituales del blog, y si no nos volvemos a ver, pues hasta siempre, que esto tiene muy mala pinta, como España; cada vez peor e imposible.
¡HASTA SIEMPRE!

Lo repito, porque he enviado dos comentarios por Facebook y han aparecido, pero me temo que no se verán si se entra con INICIO DE SESIÓN - USUARIO Y CONTRASEÑA. Ya me ocurrió otras veces al hacer pole, que antes había otro comentario escrito de facebook, que luego no volvía a aparecer una vez enviado un post por el sistema habitual.
Escribid a soporte@libertaddigital.com a ver si nos quieren hacer caso, porque yo ya estoy aburrido y ellos estarán hartos de mí.

4 Sabasgra, día

Pues nada se acabó

5 Sabasgra, día

Esto se acabó fue bello mientras duró

6 rey1952, día

si

7 rey1952, día

Se puede escribir pero no se puede leer ¡Que chachi!

8 quirce, día

Pole

9 panyvino, día

Vaya desastre de blog. Ni se ven los comentarios, ni se suman al contador. Si escribes por aquí, no se ven los de facebook, si escribes por facebook no se ven los de aquí.

10 efepe, día

????

11 kaus, día

Buenos días a todos.
Hacía mucho tiempo que no escribía nada por aquí, aunque entro a diario, y parece que hoy me deja. Misterios de la informática, supongo.
Aprovecho para desearles a todos los que leo, que son los buenos, un feliz año 2020.
*gracias a miki por su lanzallamas. Háganme caso y utilícenlo. Los trolls se frustrarán al no tener ninguna respuesta. ¿Se los imaginan tragando bilis al no tener eco sus deposiciones?

12 Sabasgra, día

Tu tu tu tu tu tu

13 Cu1ebras, día

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