Estos premios futbolísticos individuales (al The Best y al Balón de Oro me refiero especialmente) que a nadie interesan porque o bien no premian a nuestro candidato o bien premian al candidato del equipo rival, resulta que finalmente interesan a todo el mundo y la atención de periodistas y aficionados se centra en ellos cuando, como ocurrió ayer, se celebra la correspondiente gala. Anoche, como ocurrió con el premio de la UEFA, la FIFA decidió premiar a Luka Modric como el mejor del año 2018, una unanimidad que sugiere que el extraordinario futbolista croata, un símbolo de su país, recibirá también el premio que France Football entrega anualmente desde el año 1956. Aunque siendo France Football una revista francesa y habiendo conquistado la selección de Francia el pasado Mundial... nunca se sabe.
Que se premie a Modric, un tipo que es un encanto fuera del terreno de juego, pone de acuerdo a casi todo el mundo, tirios o troyanos. En su discurso, que resultó modélico, el futbolista del Real Madrid se dirigió al público presente en inglés, español y croata, le dio las gracias a su familia por todo, tuvo un cariñosísimo recuerdo para el mítico Zvonimir Boban, que acabó llorando, y encontró el tiempo suficiente para hacerle un guiño a su equipo, que es el Real Madrid, y a su afición, que es la merengue. Perfecto. En España se le ha faltado gravemente al respeto a Modric, al que se comparó con futbolistas ahora desaparecidos o con otros que evidentemente no le llegaban a la suela de la bota, y todo con tal de hacerle daño a Florentino Pérez y a José Mourinho, que fue quien lo trajo. De Modric dijo por ejemplo el Sport que venía para "tapar verguenzas" pero con ninguno de sus enfermizos críticos quiso Luka perder ni medio minuto: un caballero.
Todo resultó maravilloso para Modric y para el Real Madrid, que volvió a plantar a 4 ó 5 de sus jugadores (dependiendo de si contamos o no a Cristiano) en el mejor once del año, pero las dos grandes estrellas del fútbol mundial, Messi y CR7, empobrecieron adrede la fiesta del fútbol con sus sonoras ausencias. Messi estuvo jugando hasta el final con la posibilidad de acudir a la gala y, en el último minuto, esgrimió el recurrente "problema personal" como impedimento para estar presente; lo de Cristiano fue peor porque, sabedor de que no iba a ganar, se tiró de la moto porque la Juve tiene que jugar un partido el próximo miércoles... ¡como la pasa a Modric! El desplante de estas dos estrellas del rock ensalzó aún más a Luka, un caballero sin espada al más puro estilo del capriano Jefferson Smith. Felicidades, chaval. Enhorabuena. Indudablemente te lo mereces.