España ha ganado a Inglaterra en Old Trafford. Pues muy bien. Pues vale. Pues de acuerdo. Cuando se vaya, o le echen, Luis Aragonés podrá ir presumiendo por ahí de contar en su currículum vítae con un par de victorias amistosas importantes y tres o cuatro desastres oficiales de enjundia. Y si no presume él, que presumirá, ya se encargarán de hacerlo sus juglares. España ganó a Inglaterra, pero la selección sigue ocupando la quinta plaza del débil Grupo F de clasificación para la Eurocopa de 2008, por detrás de Suecia, Dinamarca, Irlanda del Norte y Letonia, y por delante de Islandia, que tiene los mismos puntos, y "Lichichí". Tengo un amigo que reconoce sin el menor rubor que es, de largo, la persona con mayores conocimientos inútiles del mundo (por ejemplo, el nombre del compositor de la banda sonora de Ben-Hur). Eso le pasa a la España de Luis: acumula el mayor número de victorias irrelevantes del fútbol mundial. Que le aproveche. Y que luego dimita.
Hoy me gustaría analizar otras cuestiones que, debido al mucho trabajo acumulado, no he podido tratar como debía. A Luis le leyeron el otro día los labios y, salvo que el seleccionador sufra disartria y no lo sepamos, que todo es posible, se pudo observar claramente que hablaba con Morientes y que lo hacía sobre Raúl. Y que lo hacía para contarle al "moro" que el capitán le había defraudado. Y que utilizaba al delantero del Valencia para que mediara con el madridista. No es nuevo esto en Luis. Ocurrió con Romario. Sucedió con Eto'o. Volvió a pasar con Reyes. Y como Aragonés no es precisamente ningún novato, habremos de deducir que le va la marcha más que a un tonto un lapicero.
Lo primero que hay que decir es que Luis, pillado in fraganti, negó la mayor: "¿Morientes, qué Morientes? ¿Raúl? ¿Quién es Raúl?"... Mentía. O, para ser exacto, volvía a mentir. No sé si él será o no será un sabio, pero no debe tratarnos a los demás de idiotas porque tampoco lo somos. Sinceramente me parece que Luis no se atreve a jugársela contra Dinamarca en el estadio Santiago Bernabéu sin que Raúl esté en el equipo. O sea, quiere utilizarle otra vez. Primero le utilizó como cabeza de turco y ahora quiere utilizarle como pararrayos por si acaso.
¿Cómo le sentaría a Luis Aragonés que Raúl utilizara de correo a su amigo Di Stéfano, por poner un ejemplo, para decirle a través suyo que le había decepcionado? ¿Y cómo le sentaría que además lo hiciera a la vista de todo el mundo? No me puedo creer que, en la era de la telefonía móvil, el GPS, el Wi-Fi, el MP3, la PDA y la TDT, Luis no pueda comunicarse directamente con Raúl. Para dejarle a la altura del betún utilizó primero a periodistas afines y ahora emplea a Morientes. ¿Será que no se atreve a mirarle a los ojitos? Tampoco me lo puedo creer.