Hay que tomar medidas. De momento, y para abrir boca, la expedición del Real Madrid no viajará hasta Barcelona en el tradicional Puente Aéreo sino que lo hará por carretera y en un coche fúnebre guiado por caballos... negros, por supuesto. Florentino Pérez ha contratado para la ocasión a Sir Cristopher Lee. El actor birtánico, mundialmente conocido por dar vida en la pantalla al príncipe de las tinieblas en El Conde Drácula, Horror de Drácula o Las novias de Drácula, hará las veces de cochero. Abriendo y cerrando la tristísima comitiva, un grupo de no menos de doscientas plañideras llorarán a moco tendido y se irán rasgando las vestiduras de tanto en tanto. La Orquesta Sinfónica de Madrid interpretará el Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart, y Constantino Romero, que para eso tiene ese vozarrón, leerá poemas tristes y que den pena. Entre el público asistente que resista semejante dolor se repartirán ejemplares de Sale el espectro de Philip Roth y copias de La fuerza del cariño de James L. Brooks.
Con antelación a todo lo anteriormente expuesto, los jugadores de la primera plantilla del Real Madrid habrán hecho testamento. Una vez dentro del vestuario visitante del Camp Nou, y tras haber rezado todas sus oraciones dirigidos por un capellán, cada uno de los futbolistas merengues se pondrá en pie y dirá en voz alta qué órganos dona para después del aplastamiento. Pongamos un ejemplo: "soy Iker Casillas, y yo, una vez que los jugadores del Barcelona nos hayan hecho papilla, quiero donar mi corazón a la ciencia". Y así hasta el último. Lee hará el saque de honor y las plañideras seguirán gimoteando durante todo el tiempo reglamentario. Con posterioridad, y mientras se produce la goleada, el once titular del Madrid ovacionará a Messi, Xavi e Iniesta, y una vez acaecida la masacre, todos se harán fotos con el próximo Balón de Oro y le pedirán autógrafos. Ducha y regreso a Madrid. De noche. Y cerrada.
Menos lobos, Caperucitos. El Madrid ha jugado mil partidos como el del próximo domingo y se ha llevado novecientos. Ahora mismo, áun perdiendo, el Barcelona juega mejor al fútbol que el líder de la Liga cuando gana, pero eso no quiere decir que el Real deba hacerle el caldo gordo de cultivo a sus enemigos. La "caverna mediática" azulgrana ha puesto en funcionamiento todos sus resortes para hacernos creer que lo del domingo será una escabechina, y no habrá tal. El mejor club del siglo XX llega al Camp Nou como líder de la competición en la que participa el dream team team, y lo peor que puede sucederle es que salga a dos puntos de distancia. Por supuesto que Pellegrini no dirá lo que dijo Schuster poco antes de viajar hacia allí, y que luego le costaría la destitución fulminante por enajenación mental transitoria. También este Real Madrid puede ganar en Barcelona, ¿por qué no?... A llorar a otra parte. Mi pronóstico: 0-3. Los tres de Raúl. Ahí queda eso.