El primero que ganó un Melón de Oro fue Sir Stanley Matthews, allá por 1956. Matthews tiene algunas estatuas por Inglaterra erigidas en su honor, una de ellas en Stoke-on-Trent y otra en el Britannia Stadium; al mago del regate nunca le expulsaron de un terreno de juego y era conocido entre sus compañeros por no protestar jamás, y eso que le hacían entradas durísimas para sacerle del partido. Eran otros tiempos. Luego ganó el Melón de Oro Alfredo di Stéfano; cinco Copas de Europa consecutivas contemplan al hombre que cambió la faz del fútbol mundial; Di Stéfano también contribuyó decisivamente a que el Real Madrid ganara 9 Ligas y, a lo largo de toda su vida como jugador, marcó 521 goles. También han ganado el Melón de Oro Raymond Kopa, Luis Suárez, Sívori, Yashin, Eusébio, Bobby Charlton, George Best, Rivera, Müller, Cruyff, Beckenbauer, Platini, Figo, Ronaldo, Ronaldinho o Cristiano, lo más granado del fútbol mundial.
De repente, el Melón de Oro dejó de entregarse en 2009. Ese año el Melón cambió por Balón de Oro, premio que recibió el mejor futbolista que ha habido, hay y habrá en el futuro, Lionel Andrés Messi. Messi volvió a ganar el Balón de Oro en 2010, 2011, 2012 y 2015, y si no ha podido conseguirlo más veces ha sido porque, de nuevo sin venir a cuento, el premio dejó de entregarse en 2013, 2014 y 2016, años en los que, sin explicación alguna por parte de la organización, volvió a concederse el Melón y no el Balón. Más de 40 de los mejores futbolistas de todos los tiempos, jugadores admirados por la afición y que tienen seguidores por todos y cada uno de los rincones del planeta ganaron el Melón de Oro, y muchísimos más (con tantos méritos como los anteriores) no lo ganaron. En realidad, el Melón de Oro siempre ha sido un divertimento, un juego, un gancho para atraer más aficionados.
Para elogiar a Leo Messi, que sin lugar a dudas es uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, no es necesario insultar a Di Stéfano, Charlton, Gullit, Figo o Rivaldo. Para alabar a Messi no es necesario, por ejemplo, llamar "tronco" a Gerd Müller. Müller, que es uno de los mejores goleadores de la historia, puede presumir de haber ganado un Mundial con la selección de su país mientras que otros sensacionales jugadores no pueden hacerlo. Muy a su pesar, de esto estoy casi seguro, la irrupción de Messi en el mundo del fútbol ha introducido un componente importante de fanatismo: quienes disfrutan con el juego de Leo quieren impedirnos a los demás a toda costa que lo hagamos con el de Bale, Hazard, Ibrahimovic o Lewandowski, y nos insultan. Para el entrenador del Barcelona, que en el fondo es un pobre infeliz, todos ellos no son más que unos melones condenados a ganar eso, el Melón de Oro, daños colaterales de un dardo que tiene un único objetivo en la diana, que no es otro que ridiculizar a Cristiano, la única competencia seria que le ha salido al mejor futbolista que ha habido, hay y habrá jamás a lo largo de todos los tiempos.